Sueños secretos [COMPLETA]

12.

LA CHICA DE LOS OJOS VERDES

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Canción: Green eyes — Coldplay

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Los pequeños momentos que he vivido, los siento más significativos. Como el día en que conocí a Ellie, teníamos solo cinco años. Sé perfectamente cómo vestía y su cabello, de un tono más naranja, iba recogido en dos trenzas con lazos. Era una imagen tierna.

Pero ahora ya creció, sigue siendo tierna, a su manera, pero es tierna. Son pocas las veces que la miro con su cámara fotográfica, pero me encanta verla fruncir el ceño mientras captura la imagen y mantiene el equilibrio para tomarlas desde una posición extraña. La simpleza con la que uno observa las cosas, ella lo convierte en algo hermoso, en algo que por más pequeño que sea sigue siendo hermoso. Así es Ellison, con cada paso que da, cambia las cosas insignificantes convirtiéndolas en algo maravilloso.

—¡Prescott, al campo! —El entrenador palmea mi hombro, y entonces salgo disparado hacia donde me indicó.

La tensión entre los equipos es grande, sobre todo porque hoy viene la escuela más cercana y hay conflictos más allá del juego. Aquí es cuando todos sacan todo el coraje que traen, en especial yo, el que tengo con Christopher Morris, el amigo que traiciona. Y que lastimó a mi mejor amiga. Por su culpa ahora Kate ni siquiera quiere dirigirme la palabra.

Cuando el juego acabó, me encontré a Chris en las bancas con su estúpida sonrisa arrogante. Quise pasar de largo, pero al hablar me detuvo.

—Mira nada más a quien tenemos aquí —la ironía en su voz me daba ganas de golpearlo—, Daniel Prescott, guau, chico te ves fantástico.

Apreté mi mano derecha en un puño firme e inhale aire antes de contestar.

—No molestes, Morris.

—Mañana de seguro las chicas querrán besar al chico que anotó un gol, oh, ni siquiera sirves ya para eso —rió, me contuve de toda reacción violenta.

Sus cejas se elevaron y se cruzó de brazos con aire se suficiencia. Su mirada oscura solo vio más allá de mí, donde se encontraba Kate, con Max. Oh, no. Ese imbécil ya no va arruinar más a Kate.

—Ni se te ocurra —espeté. Di un paso al frente, cualquier movimiento en falso de este idiota y lo lanzaba al piso ahora mismo, tenía tanta adrenalina en mi cuerpo que deseaba dejarlo sin dientes.

Caminó sin inmutarse de mi amenaza, donde estaba la chica morena de cabello rizado, con su novio. Al percatarse de la presencia de Chris, pude ver como el cuerpo de mi antigua amiga se tensaba. Max por su parte lo miró sin comprender. Chris mantenía la sonrisa, Kate tembló y se aferró al bazo de su novio.

La mirada de ella se encontró con la mía. Si algo quería hacer bien en mi vida, era protegerla de lo que no pude hace un año.

—Vaya, Katie —negó el idiota. La mandíbula de ella se tensó más—. Que rápido te olvidas de las personas.

Max miró a su novia sin comprender, yo conocía a Max, era mi amigo también, somos equipo. Pero nunca le conté que Kate y yo éramos amigos desde que teníamos seis.

—Sólo de los idiotas —contestó ella. Sonreí.

—Kate, ¿quién es él? —Max preguntó. Miró a Chris y él estaba a punto de responder cuando decidí intervenir.