18.

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MANTENER EL SECRETO

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—Así que... ¿eres bueno modelando? —me atreví a preguntar. Daniel tenía una sonrisa en su rostro, una sonrisa pícara.

Caminábamos por un sendero en Papago Park. Todo era tranquilidad aquí. Así que me permití echar la cabeza hacia atrás y respirar el aire tranquilo. No fue difícil convencer a Robert, de hecho, sólo bastó con decir que merecía divertirme para ganarme su permiso.

—Nunca lo he intentado —rió.

Su mirada se mantenía en mí, era como si no hubiera otra cosa en el mundo. Y eso me hacía sentir mejor, aunque también cohibida. Pero me encantaba, lograba hacer que duendecillos bailaran en mi estomago.

—Deberías intentarlo —le sugerí con una sonrisa, después de ello tuve que morderme el labio porque cada vez se hacía más grande y parecería loca psicópata.

El frunció los labios pensándolo unos momentos, luego volvió esa sonrisa pícara que me mataba.

—Solo si la fotógrafa eres tú.

Madre mía.

Tomé una profunda respiración y sí, era de esperarse que él pidiera eso, yo tenía una cámara lo más cercano a una profesional.

—Está bien —Me encogí de hombros, intentando parecer relajada.

El chico sexy, como lo llamé cuando lo conocí, se acercó a mí un poco más y tomó mi mejilla entre su mano.

—Yo me sentiría halagado de ser fotografiado por una fotógrafa tan sexy...

¡Jesús!

En ese momento mis piernas se hicieron gelatina y de seguro yo estaría derritiéndome con su toque.

Carraspeé, intentando aparentar que las cosas no me afectaban.

Daniel hizo un ademán para que nos sentemos en una banca. Observé de nuevo a mi alrededor, solo tenía el recuerdo de fotografías de mi infancia, y pude ver cómo había cambiado el lugar, para mejor, porque sólo agregaron más atracciones turísticas.

Me quedé mirando hacia la laguna frente a nosotros, era lo que más me gustaba de este lugar, el agua cristalina. Me otorgaba paz.

—Ellison... El viernes hay un partido muy importante, me gustaría que fueras, nunca has ido a uno —dijo. Asentí lentamente mientras lo observaba.

—Lo sé. Pero es que no me gusta el ambiente, solo eso.

—¿Por qué?

—No lo sé, pero tal vez si voy ahora me guste.

—Claro que te gustará, estaré yo. —Rodé los ojos y eso provocó que Daniel se riera—. En serio, me gustaría. La escuela es una de las primeras que participaría en estatales, debemos pasar. Los estatales significan mucho no solo para la escuela, sino para la zona. Es muy raro que chicos sureños participen en un deporte muy conocido sólo en el este. ¿Te imaginas? Sería algo sensacional, Nolan ya ha estado practicando muy duro como portero...

—Ahí estaré.

—Gracias —dijo, con una gran sonrisa plasmada en sus labios.

Me gustaban las pequeñas arrugas que se formaban bajo sus ojos. Eran un toque divertido y provocaba que te rieras junto a él.

Sueños secretos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora