Sueños secretos [COMPLETA]

23.

MEREZCO PERDERTE

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Canción: Everything I didn't say — 5SOS

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—Señorita, ya acabó su tiempo —la voz suave de la enfermera terminó con lo poco que trataba con Daniel.

—¿Va a estar bien, verdad?

—Nosotras debemos ser sinceras con los familiares...

Mis manos se cerraron en un puño apretado. Traté de ser positiva, pero la enfermera sólo acabó con eso.

—Él tiene que estar bien, sólo tiene dieciocho años.

Unas lágrimas salieron de mí sin permiso y salí de ahí.

Me llevé una mano a la boca para detener los sollozos y esperé un poco de tiempo para llegar con papá que estaba sentado junto a Selene. Parecía más tranquila y quise estarlo yo también. Así que simplemente les di la espalda y me recargué a ver nada. Solo pensaba en cosas tontas que habíamos vivido mientras íbamos a la escuela.

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La música llenaba todo el auto. Era bueno compartir con él todo aquello desde que llegué a Phoenix.

—No me digas que no te gusta la voz de Bon Jovi, Ellie —dijo con una sonrisa, pero nunca despegando las manos del volante, mucho menos su vista del camino.

—Me gusta mucho —reí—, de hecho tengo algunos de sus álbumes y creo que me puedo declarar fanática de Bon Jovi.

—Muy bien, entonces Bon Jovi todos los días en el auto.

Y lo cumplió.

Cada mañana nos poníamos de buenas con una canción de ellos. Especialmente con Runaway, que era como nuestra mejor manera de comenzar el día.

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—¿Dónde está mi hijo? —Esa era una madre totalmente desesperada, y era Elena Navarro. La madre de Daniel.

Giré a ver a la señora, con su manta castaña y sus ojos oscuros. Solo eso había logrado sacar Daniel de ella. Porque sin duda el hombre que estaba al lado de ella era totalmente parecido a él. Era alto, con el cabello oscuro y con los ojos claros.

La niña temblorosa que estaba a su lado de seguro era Danna, la hermana menor de Daniel.

—Elena, está a punto de ingresar al quirófano para lo de su riñón —explicó papá.

—Quiero verlo —dijo. Su mirada se detuvo en su hermana—. Me fallaste.

Selene sollozó.

—Yo lo siento mucho.

—Primero quiero que mi hijo esté bien. Después de eso hablamos. Quiero verlo antes de que inicien la cirugía.

Salió de ahí, supongo que en busca de información. Así que me senté en una banca junto a Nolan.

Nunca se ha ido de aquí, él sólo se mantiene con las manos entrelazadas, pensando.

Él y Daniel son el verdadero significado de una amistad.

—Creo que estoy muy nervioso —comentó. Extendiendo sus palmas y cerrándolas de nuevo. Era un proceso.

—Todos lo estamos.