Sueños secretos [COMPLETA]

Epílogo II.

Canción: All we are — One Republic

• • •

Nueva York. 

Nueve años después de haberla dejado.

→ D A N I E L ←

Cuando se tiene mucho también se puede llegar a perder mucho más. Eso lo aprendí con el transcurso de diez años que me llevaron hasta donde estoy ahora: construyendo planos.

Pasé gran parte de mi vida creyendo que era malo para algo cuando en realidad solo basta poner un poco de dedicación para darte cuenta que es más que un simple imposible. Nadie nace perfecto, por eso hay que ir aprendiendo con lo que nos gustaría ser. Mis desperfectos me enseñaron a verlo de esa manera, mis fortalezas me mostraron que soy mucho más de lo que pensaba hace diez años.

La temporada de primavera mostraba buenos resultados con las construcciones que se iban desarrollando gracias a los planos que hice para el nuevo edificio de una reconocida agencia en Nueva York, la agencia era nueva, pero se veía que tenía futuro con el simple hecho de ser Europea.

El señor Bouchard me felicitó el esfuerzo que empleé para que los planos quedaran perfectos. Me esmeré demasiado con ellos y le mostré al mundo que podía con ello a pesar de solo haberme graduado hace un par de años y no tener mucha experiencia laboral.

—Muy bien, Daniel, te ha quedado bien el trabajo. Creo que es buena idea después de todo aplicar lo de las fuentes de luz ecológicas de las que hablas —me dijo mientras yo me retiraba el casco de construcción—. Este edificio quedará listo en un par de meses y nada más y nada menos que se verá estupendo gracias tu talento.

Le sonreí en agradecimiento y caminamos hacia su auto.

El señor Bouchard, un hombre robusto, cuyo mejor atributo era su dinero, me estaba felicitando por mi trabajo. Genial.

—Claro, el edificio se estará terminando pronto, las fuentes de energía ecológicas estarán también, quiero que la mayor parte de esto se desarrolle lo más ecológico posible, así que no se preocupe por los gastos.

—Mucho mejor entonces, Daniel.

Él se despidió y me quedé ahí parado sonriendo hacia el edificio que se estaba construyendo justo como lo había hecho en los planos y en la maqueta de pequeña escala. Estaba encantado por ver como lo había logrado.

—¡Hey, Daniel!

Me giré para encontrarme con uno de los chicos que trabajaban en la construcción, era uno de los ingenieros de electricidad. Era justamente con quien trabajaba en el asunto de las plantas ecológicas.