13.

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BUENOS Y MALOS MOMENTOS

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Estaba nerviosa, sí que lo estaba.

Matthew me estaba esperando en el patio de mi casa. Estaba recargado en su auto mientras esperaba a que yo saliera para poder salir de paseo como me había prometido, la única cosa aquí es que estaba nerviosa de tener una cita.

Sentía que ya estaba demasiado oxidada en esto de las citas, si es que anteriormente tuve una, y los bailes escolares no cuentan.

Con mi estomago hecho un nudo, bajé las escaleras de mi casa. Papá estaba en la sala con el ceño ligeramente fruncido mientras observaba por la ventana al chico que estaba esperando por mí.

—Papá, deja de acosar a Matt —gruñí.

Él se giró para observarme, haciendo una mueca.

—Quiero conocerlo oficialmente —demandó.

Abrí mi boca con sorpresa. No, definitivamente mi papá estaba un poco loco si pensaba que se lo presentaría. ¡Era la primera cita!

—No, ni siquiera somos nada. Es la primera cita, no hagas las cosas incómodas, pá.

—Lo conoceré en la siguiente cita entonces.

—Eso suena un poco más sensato.

Él asintió y volvió a fruncir el ceño mientras se asomaba por la ventana y suspiraba.

—Dije que nada de novios —comentó.

—Matt no es mi novio.

—Pero es una cita y las citas llevan besos incluidos, eso ya cuenta como novios.

—No vamos a besarnos, me invitó a comer y luego a dar una vuelta... y...

—Ya, tranquila. Yo estaré tranquilo, solo es un chico con alocadas hormonas que quiere hacerlas explotar y... ¡Agh! Necesito superar que mi bebé saldrá con alguien —Se frotó el rostro con ambas manos y luego de ello me dio un beso en la mejilla, de despedida—. Cuídate, y regresa temprano a casa.

Asentí, sonriendo. Debía salir de aquí antes de que él se arrepienta y no me deja salir. Además debía volver para arreglar todo y marcharme de nuevo hacia la boda de Sergio y Valeria.

—Adiós, pá —grité al salir de la casa.

Caminé por el camino que daba a la acera y al estar cerca de Matt le sonreí. Él también me devolvió el gesto y pude disipar un poco mis nervios porque después de ello él abrió la puerta del auto para mí.

—Qué caballeroso, Evans —le dije en tono burlón mientras me adentraba a su auto.

—Te puedo sorprender cuando me lo propongo, Wise —respondió y cerró la puerta del auto para luego correr hacia su lado y entrar.

Matt y yo comenzamos a hablar sobre cosas de distintos temas porque así se aligeraba un poco más el ambiente. No mencionamos nada de la noche anterior, nada de los besos y nada de sus palabras que fueron demasiado fuertes para mis sentimientos.

Cuando llegamos a un establecimiento de comida, nos bajamos y entre risas y bromas ordenamos. Matt me estaba mostrando su faceta de amigo agradable, era un buen amigo y eso me gustaba, pero me daba miedo intentar algo más porque él era estupendo.

—¿Entonces tienes más hermanos? —le pregunté, mientras tomaba una papa frita y la llevaba a mi boca.

—Tengo tres. Pero son menores, muy pequeños. Son hijos del segundo y tercer matrimonio de mi madre.

Sueños secretos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora