Indecisión

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Indecisión.

Edición: 21/10/24

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La noche transcurrió tranquila en el palacio.

Inu no Taisho se dio el merecido baño que tanto necesitaba, después salió a vestirse y a despedirse de su cachorro.

No fue sorpresa encontrar a Sesshomaru dormido, él también había pasado por un día muy agitado. Inu no Taisho utilizó su energía yôki para no perturbar el sueño de su hijo y hacerle saber que estaba seguro, al igual que lo hacía antes; como cuando Sesshomaru era un cachorro de la edad de Inuyasha y temía que algún "Humano" o devorador de yōkais fueran por él mientras dormía.

Inu no Taisho se acercó al joven daiyōkai, suave y cautelosamente tocó el cabello platinado. Reflexionó en lo grande que era Sesshomaru y lo parecido que era a Irasue.

Sesshomaru dormido se veía demasiado joven; su rostro se veía tan apacible al dormir, aparentaba mucho menos edad y no tenía esa cara rígida y eternamente estoica como de costumbre.

—Buenas noches, Sesshomaru— susurró Inu no Taisho y caminó de regreso a la salida.

Era momento de hablar con Irasue y sabía en dónde buscar: los jardines.

No se había equivocado. Irasue estaba ahí cuidando un par de rosales grandes y hermosos. Ella mostraba mucha protección a esos rosales. Inu no Taisho creía que era por el amor a la jardinería. Ella cuidaba y visitaba esas flores todo el tiempo.

—Irasue— Llamó en voz baja.

No recibió respuesta.

—Irasue— dijo nuevamente y no recibió nada.

Se acercó un poco más a ella y la llamó nuevamente.

Irasue se sobresaltó y le tomó por sorpresa ver a su compañero detrás de ella —. ¿Qué haces aquí? — dijo, pasando las manos por sus ojos en un intento de secar sus lágrimas.

—Lo lamento, no planeaba asustarte, era lo menos que quería hacer... ¿Estás bien? —preguntó preocupado al verla.

—Tierra en los ojos, eso es todo. Y no me asustaste, solo me sorprendiste, no te esperaba.

Inu no Taisho se acercó más a Irasue. La sujetó de la barbilla suavemente para poder mirarla a los ojos. Su rostro no tenía ningún signo de suciedad, en realidad, tenía los ojos hinchados y lágrimas que corrían por sus mejillas.

Antes que él pudiera reaccionar, Irasue se apartó bruscamente—. No me gusta que me agarres de esa manera—dijo ella con molestia, dándole la espalda a su compañero, secando sus lágrimas, sacudiendo su vestimenta y volviendo a tomar la postura seria como de costumbre.

—Lo lamento—se disculpó Inu no Taisho sinceramente —. ¿Qué sucede?

—Nada, estoy bien.

—Irasue, no pareces estar bien. Dime qué te sucede— insistió Inu no Taisho.

Irasue lo miró a los ojos con su rostro inexpresivo — ¿Qué es esto un interrogatorio?... no sucede nada—se defendió.

«Sesshomaru es exactamente igual a Irasue» pensó Inu no Taisho, sin ninguna duda.

— ¿Qué haces aquí?, ¿No se supone que tenías una reunión hace tiempo? — cuestionó la daiyōkai.

—La tenía, pero la pospuse para otro momento. Tenía que tomarme un tiempo libre.

— ¿Tiempo libre?, Inu no Taisho, eso es una irresponsabilidad. Tu deber como rey...

Y ahí estaba Irasue reprendiendo a Inu no Taisho por su vaga preocupación por el reino, algo que no era cierto.

Lazos que nos unen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora