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Lo lograste, lo logramos.

Superaste las 72 horas, Dios escuchó mis ruegos, el doctor te pasó a cuidados intermedios, mi alma volvió a mi cuerpo. Abracé a Marggie para despedirme de ella y fui enseguida a tu lado, necesitaba verte y lo hice por un corto tiempo, pero lo hice que era lo importante.

Tomé antes una foto aleatoria de la cajita y la vi frente a ti, Sonreí.

Tiempo atrás...

Viajamos a Inglaterra como regalo de cumpleaños diecisiete, pedí que también fueras tú conmigo y aunque a mi papá no le gustaba la idea por completo lo hizo: tú y yo cruzamos el mar juntos, fuimos a Londres.

Fuimos a muchos lugares realmente bellos, pero lo que hacia todo especial eras tú, que estuvieras a mi lado compartiendo cada momento.

Tomaste muchas fotos, "colecciono recuerdos" decías...

-¡Mira, Ryan!
¡Puedo volar!.
Dije mientras subía mis brazos.

-Tú lo puedes todo, ¡mi amor!.

Me giré y coloqué mis brazos alrededor de tu cuello, tú posaste tus brazos en mi cintura mientras reía y me veías con esa eterna mirada que pagaría por ver ahora.

-El mundo es tuyo, Pequeña;
mi mundo es tuyo, Mi amor.

-Te amo tanto, Ryan..

Me besaste y me hiciste volar de verdad.

Fueron los diez días más locos y divertidos, pero más llenos de amor e intimidad que tuvimos, fue el viaje donde por primera vez hicimos el amor.

Pero eso, querido, es otra hermosa historia aparte.

Pero, ¿La recuerdas?.
Estoy segura que si, mi vida.

Tiempo actual..

-Srita Sophia, es momento...
Dice Rose, con su mirada llena de lástima, como siempre.-el doctor Edwards quiere hablar con usted.

-¡Rayos!.

Te di un beso en la frente y salí directo a la oficina del doctor.

-Señorita Williams, ¿Cómo está?.

-Doctor Edwards, bien, ¿Y usted?.

-Yo... Yo estoy preocupado por usted, tome asiento, por favor.

Lo hago.

-¿Por qué? ¿Qué pasa doctor?.

-Porque usted no está realmente bien, y lo sabe tan claramente como yo, ¿Verdad?..

Se reclina un poco adelante.

.. Las enfermeras me dicen que duerme y come menos, y el desgaste se ve, su físico es cada vez peor.

-Yo estoy bien, me siento bien.

-Mire, Sophia, yo he seguido su caso desde que empezó toda la sintomatología, he estado con usted desde lo de Ryan, he aprendido a conocerlos, a ambos.

Me levanté de la silla.

-¿Qué quiere que le diga, doctor Edwards?.

-Lo que siente, lo que le sucede, eso quiero que me diga.

-Está bien: los dolores de cabeza son más fuertes, más seguidos.
El apetito cada vez más reducido, mis ganas de dormir son menos frecuentes.

-¿Sabe que significa eso señorita Williams?.

Tomé asiento de nuevo.

-Lo sé, pero no quiero.

-Es algo que no puede evitar, escuche, tiene que seguir luchando.

-¿Por qué?.

-Porque Ryan la sigue necesitando, tal vez ahora más que nunca, ¿Comprende?.

-Cree.. ¿Cree usted que él va a despertar?.

-No lo sé, pero creo señorita Williams, que el amor hace milagros, y usted lo ama mucho.

Sonreí y lloré, te amo tanto Ryan, esto que pasará ahora me alejará un poco de ti, pero es necesario.

-Usted sólo diga cuándo, doctor.







Para besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora