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Llegó diciembre, de todos los meses del año éste es uno muy especial para ambos, este año más que nunca, sólo te tengo a ti, mi amor...

Era ya el primer día del mes y teníamos listo todo lo que usaríamos para decorar la casa, estaba perdida entre mis pensamientos cuando apareciste por detrás de mi y me cargaste para hacerme girar y reír, no te gustaba verme triste..

Me bajaste y nos pusimos a arreglar la casa, nos llevó toda la tarde hacerlo, me sentí mareada y caí al suelo de nuevo perdiendo el conocimiento.

Desperté en una camilla de hospital, el mismo doctor de siempre, ¿ otra recaída? Ojalá que no...

- ¿Otra vez? ¿Otra recaída, doctor?. Dije entre sollozos.

-No, mi amor -Respondiste en reemplazo del doctor mientras tomaste mi mano para llevarla a tu boca y besarla- esta vez son buenas noticias.

-Como dijo Ryan, -Intervino el médico- esta vez son buenas noticias, Sophia-Sonrió- felicitaciones, ¡serás madre!.

-¡¿Qué?! -Dije- ¡Seremos padres, Ryan!.

-Si mi ángel, ¡tendremos un bebé!.
Me abrazaste fuertemente mientras me llenabas de besos por todos lados- un bebé tuyo y mío- ¿ te imaginas?. Decías mientras las lágrimas salían sin control, nuestra felicidad era completa, tendríamos un hijo, el primero de los muchos que queremos tener.

-Pero, ¿Cuánto tiempo tengo?.

-Un par de semanas, Sophia, tendrás que cuidarte mucho, Ryan, ella necesitará reposo absoluto..

-Ni que lo diga, la cuidaré mucho, a ella y a nuestra niña.

-¿Niña? . Dije con gran sorpresa.

-¡Claro! Será una niña tan hermosa e inteligente como su madre, ¡ ya verás! .

El doctor y yo nos reímos de ti, regresamos a casa y fue todo muy chistoso, me tratabas como si fuera de cristal, se notaba lo primerizo que eras como futuro padre.

Los meses siguientes fueron los más bellos de nuestras vidas, el doctor cada vez que iba a control se sorprendía de que estuviera tan fuerte, aseguraba que era un milagro cada vez que se saludaba con Ryan, hacía como si no escuchara, pero en realidad lo escuchaba todo.

Los dolores de cabeza se hacían frecuentes y más intensos pero no me gustaba comentárselo a nadie, no quería ser motivo de preocupación...

Mi vientre crecía cada día, es increíble cómo puedes amar a alguien, sentir cómo hay vida dentro de mi, cómo te reconoce nuestro bebé con cada beso que das, con cada palabra de amor que dices..

Para besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora