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Era de noche ya, otro día sin progreso.

Los días eran llevaderos, la gente va y viene, pero las noches Ryan.. Las noches son duras, son llenos de soledad en las que me apoyo en el señor para seguir adelante por ambos, ¿sabes? Todo es más llevadero cuando recuerdo lo vivido, es cierto es de "recordar es vivir un poco".

¿Recuerdas cuando empezó todo?.

Tiempo atrás..

Escuché a mis padres decir que estaba muy enferma, mi madre lloraba desconsoladamente y mi padre trataba de consolarla.

Corrí tan fuerte como mi cuerpo me lo permitió, mi visibilidad era limitada porque las lágrimas salían sin control de mis ojos, ¿Acaso moriría?. Estaba presa del miedo.

Subí a la parte trasera de la vieja camioneta del señor Thomas, me encontró ahí y le pedí que me diera un paseo como cuando era niña; ya a punto de arrancar gritaste mi nombre y corriste hasta subirte. Te abracé tan fuerte mi amor, descubrí en tus brazos el refugio perfecto.

Viajamos así todo el trayecto, abrazados y sin decir palabra alguna; el señor Thomas salió de la ciudad para ir al campo, había ido a su rancho como era habitual en él y nos dejó solos en su carro, sabia que estaba mal y necesitaba hablar contigo a solas.

-¿Me vas a decir qué te pasó?.

-Ryan..yo...
Lloré, la angustia le ganaba a mis ganas de hablar contigo, la única persona en la que realmente confiaba en el mundo; me abrazaste más fuerte.

Me tranquilicé y traté de ser fuerte, lo fui, tú me dabas fortaleza.

-Ryan, tengo miedo de morir..

-¡¿Qué?! Pero mírate, estás bien, eres preciosa, joven y fuerte, ¿Por qué habrías de temer a la muerte ahora?.

-Escuché a mi madre llorar y a mi padre dándole soporte, ella dijo que no quería que yo muriera, que no quería quedarse sin su niña, y yo Ryan.. Yo no quiero dejarlos, ni a ellos, ni a mi hermano, ni a ti...

-No vas a dejar a nadie, ¿entiendes?.
Mira esto:

Escribiste "love you" en el sucio vidrio de la camioneta.

-¿Lo ves? Todos los que te conocemos te amamos Sophie, porque simplemente no podemos no hacerlo, y no dejaremos que te vayas de aquí.

Te abracé de nuevo, tus palabras me reconfortaban tanto...

Al alejarme de ti lentamente nuestras bocas quedaron tan cerca, sentí tantas ganas de besarte... Cerramos nuestros ojos y casi pude sentir mis labios en los tuyos, pero el señor Thomas había regresado e interrumpido para comunicarnos que era hora de regresar a la ciudad, nos colocamos tan rojos como un tomate.

El camino de regreso fue ameno, lo único que nos atormentaba era si él le diría lo que vió a nuestros padres, no lo hizo para nuestra tranquilidad; o bueno, si lo hizo nunca nos enteramos porque nuestros padres nunca lo mencionaron.

A partir de ese día, Ryan, descubrí que albergaba sentimientos más profundos que una amistad por ti y al parecer tú también descubriste lo mismo.




Para besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora