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El médico que te atendió por todo este tiempo me llamó, tenía tus exámenes, Sophie..

Llegué al consultorio y su cara, su cara lo dijo todo incluso antes de decir una palabra supe que todo estaba mal..

-Doctor, dígame que las cosas no están tan mal como su cara lo expresa, ¡por favor!.

-Ryan, tienes que seguir siendo tan fuerte o más ahora tanto por ella como por ti...

-¿Por qué?.

-Ryan, los medicamentos que le receté sólo la ayudarán a seguir controlando sus dolores de cabeza por un tiempo, ya después sabes lo que pasará, lo inevitable, yo lo siento mucho, tú sabes que los estimo...

-¿Cuánto. .. cuánto tiempo le queda doctor?.

- Meses..... tal vez tres o seis meses...

-No, ¡No nos puede quedar tan poco tiempo para ser felices de nuevo!.
Ella y yo nos casaremos, ¿ acaso no podremos disfrutar nunca el uno del otro a plenitud de nuevo?.

-Tendrás que usar el tiempo que les quede, Ryan...

Me levanté de la silla, tenía que irme, esto no podía ser cierto.

-¿Sabe? Nadie daba un peso a su recuperación y ya vio, se levantó de esa cama y está saliendo adelante, usted no comprende lo luchadora que es, lo apegada que es a la vida, y ya verá que su diagnóstico es equivocado.

Abrí y cerré la puerta del consultorio con fuerza, él está equivocado, lo sé.

Subí a mi auto y fui directamente a tu casa Sophie, necesitaba tenerte cerca, abrazarte fuerte, mi amor.

En cuestión de media hora estaba frente tu puerta y con la mejor cara que podía colocar frente a ti después de la conversación con tu médico, llevé tus flores favoritas, tus rosas rojas.

Me abriste la puerta y te lanzaste a mis brazos, me diste un beso que me hizo tocar el cielo casi que literalmente, casi sentí como si el tiempo no hubiera pasado.

-¿ Dónde estabas? Te extrañé mucho, Ryan.....

-Ahh ¿si? ¿Qué tanto?. Dije mientras te llevaba cargada al interior de la casa de nuevo y te llenaba de pequeños besos en el cuello...- ¿mucho o poco?.

-Mucho, ¡muchísimo! Mi amor, mi Ryan...
Dijiste mientras tomabas mi cara entre tus manos para mirarme y darme un largo beso, de esos por los que esperé todo este tiempo para que volvieras a mi..

Caímos en el sofá de la sala y ahí nos quedamos, tumbados viéndonos el uno al otro, dándonos pequeñas pero sustanciosas caricias más que al cuerpo, al espíritu, al alma...

-¿Por qué mi hermano me abandonó? .

-Él no te abandonó mi luz, es sólo que su vida es muy complicada, es una persona de negocios, triunfó en eso y cuenta con poco tiempo...

-¿Y él ya tiene hijos, esposa?.

-Si... se casó hace ya un par de años y creo que tiene un hijo de meses...

-¿Sabes dónde viven? Me gustaría ya sabes, conocerlos...

-Lo sé, pero no sé si sea buena idea, mi dulce...

-¿Por qué?.

-Ellos son muy... reservados, Charlotte, su esposa, es una mujer muy ocupada también...

-¿Qué? ¿y mi sobrino? ¿con quién está él? .

- Supongo que con niñeras, cariño.
-Prométeme que nunca seremos así, Ryan..

-Te lo juro, mi amor...

-¿Sabías que te amo?.

-Emm... déjame ver... no sé, no recuerdo...

-Ahhhh ¿Si?.

-Si.... sería bueno que me recordaras...

Reímos y tú colocaste tu cara de sorpresa, ¡cómo la amo!.

-¡Entonces deberíamos empezar a hacerte recordar...!

-¡Deberíamos! Dije.

Me llenaste de besos mientras reíamos y me decias " te amo", no sabes cómo extrañaba sentirte así, tan mía, sentir este amor tan nuestro...

Después de un tiempo nos quedamos dormidos; al despertar hablamos de la boda, de nuestro futuro juntos y era doloroso recordar aquellas palabras del galeno, estábamos contra el tiempo..

Para besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora