Capítulo Seis.

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Había pasado un día desde que Brandon y yo decidimos casarnos, lo más asombroso es que Fénix nos daba su consentimiento. Ni en uno de mis mejores sueños me hubiese creído nunca que nos daría la bendición para ello.

Ahora mismo me encontraba en la cabaña de Brandon, esperando a que llegase Fénix. Ella era la que iba a oficiar el enlace; pero primero había ido a hablar con Erixi, la Diosa de la Guerra y la Lucha. Le iba a contar mi situación, ellas eran muy buenas amigas. Esperaba con incertidumbre la respuesta de la Diosa... Mientras, Brandon estaba fuera de la cabaña aguardando, al mismo tiempo, la llegada de esta. De repente, se abrió la puerta, entró Erixi seguida por Fénix. Se me quedó mirando fijamente con el rostro indescifrable.

-¿Por qué queréis deshonrar vuestros votos, Guardiana? -Preguntó la Diosa con voz neutra.

Analicé con calma su pregunta. ¿Deshonrar? Yo no quería deshonrar nada. No iba a dejar de ser una buena Guardiana aunque me casase y formase una familia. El amor era una buena razón para hacer locuras. Así que le dije eso mismo a ella.

-¿El amor? -Preguntó esta riéndose. -Os diré yo a que lleva ese sentimiento, al dolor, la traición, la muerte. ¿Sabéis qué Brandon y tú, romperíais una de las Sagradas Normas del Bosque?

-Soy consciente de ello Diosa. Por ello él y yo, os pedimos permiso para llevar la ceremonia a cabo.

-¿No lo haréis de todas formas, Guardiana? -Preguntó sarcástica.

-Lo siento si os ofende mi respuesta, Diosa, pero sí. -Contesté altiva. -Amo a Brandon.

Algo en la mirada de Erixi cambió. En ese instante entró el novio por la puerta con paso decidido hacia nosotras.

-Perdonad mi atrevimiento Diosa Erixi... Solo quería deciros, que mi vida ya no tendría sentido sin la bella mujer aquí a mi lado. Poseedora de unos ojos aun más bellos, que nadie haya podido contemplar jamás. -Brandon se giró para mirarme a esos ojos que acababa de ensalzar.

-Sois un joven con valor. Bien viendo los hechos aquí presentes, no pongo ninguna objeción a este enlace... Siempre y cuando jamás se vuelva corrupto, podréis vivir felices. Eso si, no quiero que ninguna de las Hermanas de la Orden del Bosque lo sepa, nunca. - Erixi debió de observar nuestro desconcierto en la mirada. -Vosotros sois la excepción de esta Sagrada Norma. Únicamente la concedo por la amistad que me une contigo, Fénix. Si algo sale mal, todos os atendréis a las consecuencias.

Dicho aquello la Diosa se esfumó en el aire, pero no antes de dejar un mensaje en mi cabeza. "Espero que logréis alcanzar la felicidad.". Yo también lo esperaba.

Estábamos en un lugar apartado del Bosque, nos había llevado Fénix. Nos paró frente a un gran roble viejo. La ceremonia no fue muy larga. Nada más darnos el si quiero, Brandon y yo nos fundimos en un beso extremadamente apasionado. Un carraspeo por parte de Fénix nos devolvió a la realidad. Los dos reímos como tontos locos, pero enamorados.

El camino de vuelta a la cabaña se me hizo interminable, contaba los segundos que faltaban hasta que llegáramos. Íbamos cogidos de la mano, yo estaba temblando, los nervios, la expectación, se apoderaron de mi ser. Una vez en el frente de la puerta Fénix se despidió de nosotros con un gesto de cabeza y una extraña sonrisa se le escapaba de los labios.

Nada más desaparecer la Guardiana, Brandon me cogió en sus fuertes brazos. Cruzamos el umbral de la puerta y me depositó con delicadeza en el lecho. Comencé a desatarme los lazos de mi vestido, pero él me paró antes de que me lo desatase del todo. Se arrodilló en frente de mí.

-¿Estás segura, Astrid? -Preguntó Brandon con extrema dulzura. Yo simplemente asentí.

Lo siguiente que sentí, fueron sus deliciosos labios saboreando los míos, con cuidado. Poco a poco el beso se fue intensificando, hasta que sus manos entraron en juego. Terminó de desatarme los lazos que faltaban y así dejar mis senos al descubierto. Al poco, noté como sus labios bajaban hasta los montículos que acababa de liberar, dejando a su paso el dulce rastro de sus besos por mi cuello. La situación se fue haciendo cada vez más intensa, ya nos encontrábamos desnudos, Brandon estaba colocado encima de mí, con su masculinidad presionando contra mi entrada. Me miró a los ojos antes de presionar contra ella de un empujón. Mis manos, se encontraban en sus brazos, inconscientemente le clavé las uñas debido al inesperado dolor; aunque pequeño; que sentí. En el momento que la molestia desapareció, todo a nuestro alrededor se me olvidó por completo, solo existíamos nosotros. Estallamos de tal manera que casi rayaba el dolor.

Me desperté pasadas unas horas, ya era de día. Brandon se encontraba dormido plácidamente a mi lado en el lecho. No puede evitar enroscar mis dedos en el poco vello que había en su pecho. Las sensaciones eran más abrumadoras que nunca, las mantas me parecían más suaves, la luz del Sol más brillante y los cantos de los pájaros más melodiosos. Me sentía feliz hasta que la realidad llegó a mí de golpe, tenía un deber que cumplir...

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Siento haber tardado, no me llegaba la inspiración... :(

Peeeerooo aquí lo tenéis el nuevo capítulo, calentito, recién horneado para que lo disfrutéis. :D

Un beso para todxs, incluidos los fantasmitas. :D


Astrid. (Guardianas Del Bosque 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora