Capítulo Doce.

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El salón de eventos estaba lleno de adornos y poseía una gran pista de baile. La música flotaba en el ambiente y las jóvenes parejas danzaban felices por la pista.

La Condesa estaba charlando con unas damas, mientras que su marido se encontraba hablando con una joven de cabello de fuego. La reconocí al instante, Eitxi; una de las hijas mellizas de la Diosa Erixi. Si se le ocurría decir algo, todo el plan quedaría arruinado. Fui hacía ellos.

-Buenas noches. -Incliné un poco la cabeza.

-Oh, me preguntaba cuando os vería. Estáis magnífica.

-Gracias Conde.

-Os presento a la señorita Eitxi.

-Un placer conoceros señorita. Mi nombre es Astrid.

-Ese es un nombre poco común, pero precioso. -Dijo Eitxi, mirandome a los ojos.

-¿De dónde viene? -Preguntó el Conde.

-Mi madre es extranjera. Me lo puso por tradición familiar, se remonta quinientos años nada menos.

En ese momento los ojos de la Diosa dejaron ver un brillo y me miró entendiendo quien era.

-¿Qué hace aquí, Astrid? -Pregunto intrigada.

-Soy una dama de la señora Condesa. -Sonreí.

Ella se rio fuertemente y se marchó con otros nobles.

-Estáis preciosa. -Me dijo el Conde. -Estoy deseando ver que se esconde bajo el vestido.

Me estremecí con solo pensarlo, sonreí coqueta, a mi pesar. Solo de pensar en sus manos por mi cuerpo me creaba repulsión.

-¿Una copa? -Preguntó uno de los camareros.

Al oír la voz del camarero me giré. Estaba inclinado y llevaba una máscara, pero pude distinguir quien era perfectamente, Brandon.

-Disculpadme Conde, tengo que ir a tomar un poco de aire. A solas. -Recalqué al ver que quería acompañarme.

Una vez sentada en el mismo lugar que esta tarde, intenté serenarme. Esperaba a que Brandon hubiese captado mi indirecta de que saliese fuera. No había ni un alma en el jardín. Entonces unos fuertes brazos me cogieron de la cintura y me arrastraron hasta el laberinto. En la oscuridad de la noche pude distinguir que se trataba de mi amado.

-¿No te había dicho que no salieses? -Le recriminé. - Es demasiado peligroso.

-Por eso me tenías preocupado.

No dejó que le replicase, fundió sus labios con los míos. Cuando nos separamos del beso le abracé. No podía guardar más el secreto.

-Brandon... tengo algo que contarte. -Le dije aun abrazados.

Se separó un poco y me quitó la máscara; la suya ya no estaba antes de llegar al jardín.

-Estoy encinta.

Sus ojos se abrieron como platos, sorprendidos, pero se veía una chispa de emoción brillar en ellos. Posó sus grandes manos en mi tripa aun plana.

-No podías hacerme más feliz, mi dulce Astrid.

A continuación nos fundimos en un feliz abrazo, pero nos tuvimos que separar rápido. Alguien se acercaba donde nos encontrábamos. Le dije a Brandon que se fuera corriendo, pero los pasos se oían ya demasiado cerca...

-Astrid, qué hacéis... -Se interrumpió al ver a Brandon a mi lado.

-Señora Condesa, solo estaba tomando un poco el aire.

Miró a Brandon y pude ver como sus ojos lo reconocían. Se echó para atrás como si hubiera visto un fantasma.

-Se supone que estabais muerto. -Se tapó la boca con espanto.

-Escuchadme, Condesa. -Le dije agarrándola del brazo, para arrastrarla al laberinto. -Si no queréis que el Conde se enteré de lo que sucede entre su segundo al mando y vuestra persona, os mantendréis callada. ¿Lo entendéis?

La Condesa salió del trance en el que se encontraba, se soltó de mi agarre y me miró seria mientras procesaba la amenaza que le acababa de proferir.

-¿Cómo os atrevéis a coaccionarme? ¿Acaso no sabéis quién soy yo? -Dijo alterada.

-Sé perfectamente quien sois, la que no os enteráis de quien soy yo, sois vos, Condesa.

Un fuerte viento se levantó en la zona, moviendo todas las ramas. En sus ojos pude ver como comenzaba a llegar a su mente lo que yo era y el miedo se instaló en su ser. La Condesa cayó al suelo temblando.

-Lo lamento mucho, mi señora Guardiana. ¿Qué queréis de mí?

-Levantaos. Lo único que os pido es silencio y que no digáis nada a nadie. Si cumplís con lo que os pido, en el futuro saldréis favorecida. ¿Habéis entendido? -Ella asintió, falta de palabras. -Ahora, marchaos.

Una vez solos Brandon y yo, suspiré. No podía fiarme de la Condesa, se la veía aterrorizada. El plan tenía que llegar pronto a su fin.

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Bueno, ya tenéis el nuevo capítulo. jeje :)

¿Qué os parece que la Condesa se haya enterado de que Astrid es una Guardiana?

¿Qué pensáis que ocurrirá a partir de ahora?

¿Qué os ha gustado más?

Si os ha gustado, espero vuestros comentarios y votos :)

Un Besito a todxs :)

PD: Esta semana estoy con examenes, por lo que a lo mejor tardo en actualizar... :(



Astrid. (Guardianas Del Bosque 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora