Capítulo Dieciocho.

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Beatriz nos encaminó, como yo le había pedido, hacía el salón. En la puerta de este, había varios guardias apostados a cada lado de esta.

-Exigen ver al Conde. Abrid las puertas. -Les dijo la sirvienta.

Ellos obedecieron, sabían que no podían impedirnos la entrada. La otra opción no les hubiera gustado y lo saben. Entramos en el lugar, yo a la cabeza, ya que sería yo la que hablaría. El Conde al vernos se levantó de un salto del asiento, la Condesa por lo contrario estaba tranquila.

-¿A qué habéis venido, inmundas criaturas paganas? Aquí no tenéis ningún poder, estáis fuera de los límites del Bosque.

-Nosotras no tenemos límites, los humanos pensáis que solo tenemos poder en el Bosque Sagrado, pero os equivocáis. Nuestro poder nos fue concedido divinamente, no nos regimos por los movimientos de los humanos, sino por los de los Dioses.

-Eso que estáis diciendo son blasfemias, solo hay un único Dios. -Rebatió el Conde.

-El caso, humano, es que hemos venido a juzgarte. Posees muchos cargos sobre tu cabeza. Eres un dictador y condenas a todos tus súbditos a la miseria. Has roto las Sagradas Leyes del Bosque y por eso serás condenado con un justo castigo.

-¡Guardias! ¡Apresarlas! -Gritó encolerizado el Conde.

Ni uno solo de los aludidos se movió del sitio. Temías por la ira de las tan temidas Guardianas del Bosque. Hacían muy bien en temernos.

-Estáis solo Conde. Vuestra crueldad tiene un precio. Ahora serás juzgado.

Con una ráfaga de viento hice que se moviera, las demás Hermanas hicieron un pasillo, por el que pasé junto al Conde. Después se nos unieron. Salimos al patio, donde se realizaría el juicio. Allí nos esperaban Fénix y Brandon, junto a un gran porcentaje de la población de la zona controlada por el Conde. Eso había sido lo que Fénix había hecho. Ahora era el turno de la Madre de las Hermanas del Bosque. Se acercó a nosotras, más en concreto al condenado. Lo agarró de las ropas y lo hizo subirse a la plataforma de madera que había unos metros más allá. Fénix comenzó a hablar.

-Hoy estamos aquí, para juzgar los delitos que el Conde Ambrosio ha estado cometiendo durante todos estos años.

Todas las personas comenzaron a cuchichear, se las veía asombradas y al mismo tiempo con incertidumbre por su futuro.

-Este hombre hoy será castigado ante los ojos de los Dioses. Por crímenes tales como: injusticia, crueldad, asesinatos... -Fénix siguió enumerando sus delitos. -Por todo ello, yo Fénix, Madre de las Hermanas del Bosque, decreto a este hombre a ser condenado a Maldito durante cincuenta años y luego la muerte eterna. SI alguien quiere defender al condenado y dar la cara por él, este es la última oportunidad para ello. ¿Nadie? Bien, Conde Ambrosio queda relevado de su título, sus posesiones y su poder sobre estas tierras y sus gentes. Por el poder del Sagrado Bosque queda Maldito por cincuenta años. ¿Últimas palabras antes de marcharte?

El Conde estaba con la mirada perdida y tardo unos segundo en reaccionar a las palabras de Fénix.

-¿Quién será mi sucesor? -Preguntó ahora con seriedad. -No poseo ningún varón que pueda sucederme, ¿Será María?

-No. Solo puede sucederle alguien con su sangre. -La cara de desconcierto del Conde fue tremenda. -María no posee su sangre. -Aclaró Fénix.

-¡¿Qué?! -Rugió él furibundo. -¿Con quién habéis osado traicionarme?

Todo el mundo en aquel lugar giró su cabeza hacía la Condesa, que agarraba a la niña con fuerza. Trevor, el segundo al mando del Conde, se unió a las dos, esté le cogió cariñosamente la mano a la Condesa. El Conde Iba a ir a por ella pero Fénix lo mantuvo en su sitio con su poder.

-Por lo tanto yo dicto que el siguiente en la línea de sucesión para el Condado, sea vuestro hijo Brandon. Puesto que él si que es de la línea sucesoria, hijo del antiguo Conde Ambrosio y la difunta Baronesa María, que en paz descanse.

Fénix le hizo un gesto con la mano para que subiese ahí arriba y así nombrarlo, ante el resto de personas, como el nuevo Conde y señor de estas tierras.

-Os presento a vuestro nuevo señor, el Conde Brandon. Arrodíllate. -Le ordenó Fénix. -Con el poder que me ha sido concedido por gracia divina, yo Fénix, Madre de las Hermanas del Bosque, te nombro señor y protector de estas tierras. ¿Juras ser justo y honrado con tus súbditos?

­-Lo juro. -Contestó Brandon solemne.

-Levantaos, Conde Brandon.

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Buenooo esto llega ya a su fin en breve... :(

¿Qué os ha parecido el capítulo?

¿Os ha gustado que Brandon sea el nuevo Conde?

No se si os acordáis, que en un capítulo pasado os pregunte de donde venía el nombre de la "hija del Conde"... ahí tenéis la respuesta. :)

Un besito para todxos!

Pd: Comentar y dar a eso que tiene forma de estrellita, que no cuesta más que un click :P






Astrid. (Guardianas Del Bosque 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora