Cuarenta y uno

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Cuarenta y uno: no estoy muy segura, pero creo que fueron las veces en que él sonrió.

Vaya pedazo de idiota, por algo muchos lo amaban.

Sonreía como si pudiera conquistar al mundo entero con ello.

Y vamos, en ese momento supe qué tenía que hacer.

Con el tiempo, Callum Destefano creería que había obtenido lo que buscaba: conquistar al mundo. Porque de ahora en adelante, yo sería todo su mundo.

99 cigarrillos, 1 beso © #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora