Veinte

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Veinte: el número en quise que la tierra me tragara.

El conductor bajó la ventanilla.

―Hola ―habló.

Mierda, debió haber sido una broma.

―Hola ―respondí.

―Sube al auto.

El susurro de una de las canciones de James Bay sonaba en su radio, nunca pensé que a alguien así le gustara Scars, mi canción favorita.

―No.

―Yo no ruego a nadie, Alissa.

―Nadie te está pidiendo que lo hagas.

Sonrió.

―Sube ―dijo estirandose para abrir la puerta.

Al demonio el mundo, si iba a morir no quería que fuera así, pero ¿qué importaba ya?

―Bien.

Y subí a su auto, el auto de Jenna.

99 cigarrillos, 1 beso © #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora