99 cigarrillos, 1 beso © #Wattys2016

Cincuenta y seis

Cincuenta y seis: Las veces que grité sola.

Algo que había entendido es que cuando te hacen daño debes guardar silencio y eso hacía...

Hasta que no podía más y me encerraba en alguna habitación y gritaba.

Casi siempre era en casa, pero por primera vez no pude soportar, así que corrí tan rápido como podía, todos estaban en clase, nadie debía verme, no paré de huir hasta llegar al campo de prácticas, no había ni una sola persona, así que me dejé caer y grité. Dios, seguro debí parecer una loca, Mika.

Las lágrimas hacían borroso todo a mi alrededor y aún así no paraba de ver y leer una y otra vez aquel mensaje que me había llegado.

____________________________

Mensaje de: Número desconocido

27 de Febrero del 2014, 11:09 hrs.

Ha pasado mucho tiempo, y sé que no es la mejor manera para decirte esto, pero tenía miedo de que si te llamaba no contestaras, o que colgarás.

Vuelvo a casa, hija.

Te he echado tanto de menos, espero que todo sea como antes.

Te amo.

-Mamá.

_____________________________

Había tanta furia en mí, ya no escuchaba nada, ni siquiera podía oirme a mí misma, y no reaccioné hasta que te vi.

Estabas ahí, de rodillas frente a mí, había miedo en tu mirada, pero aún así era como hubieras sabido exactamente qué hacer.

Me tomaste entre tus brazos y me abrazaste.

No dijiste nada.

Aún no entiendo porqué hiciste eso, no éramos nada, hablamos un par de veces, te metí en problemas en clase de literatura... ¿Qué pasaba por tu mente?

Aun te odio por no haberme dejado así.

Y te agradezo tanto que me hayas salvado, porque sí, me salvaste de tantas formas y maneras que no supe devolverte el favor.

Perdón.