10: Chile v/s Bolivia

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Hoy era el día del partido de Chile-Bolivia, hoy se definía en qué lugar quedábamos en el grupo, según mi opinión íbamos a ganar, o sea era Bolivia, pero igual no hay que confiarse.

Hoy iría a Juan Pinto Durán solo en la tarde porque tenía que ir en la mañana a la universidad a clases de cirugía y después tenía geriatría.

                 Mi amigo Santiago me dijo que me sentara con él durante la clase de cirugía, pero fue una mala idea, porque me estuvo haciendo bromas toda la clase, y no me dejaba concentrarme en la que era mi clase favorita. Todo porque le conté toda la historia de Juan Pinto Durán: Ángelo, los tres chiflados y el vestido.

—Javi, tú tienes que buscar a un pololo ahí—lo fulminé con la mirada, luego volví a poner atención a la materia.—Pero mujer, péscame, ayer los volviste locos, o sea que ahora solo elige a uno y lo pasan bien.—dijo moviendo sus cejas.

—Cállate Santi, déjame escuchar la clase—le dije, mientras tomaba apuntes.

—Es que hueona, a ti te hace mucha falta. A ver dime ¿desde hace cuánto que no tirai?—dijo en un tono de voz fuerte, los compañeros que estaban a nuestro alrededor nos miraron, ¡Qué vergüenza! Me hundí en la silla, queriendo desaparecer, en cambio mi amigo estaba muerto de la risa—Yapo responde.

—Santiago, déjame pescar la clase porfa—le dije.

—No me digai, ¿que no tirai desde el Juan Pablo?—miré feo a mi amigo, no quería escuchar ese nombre, incluso he olvidado que existe durante 2 años...—Ah no es que esto es increíble han pasado dos años, ¿y no has estado con nadie más? Hueona pava, por eso el hueón del JP te...

—Cállate Santiago, no quiero escuchar nada que tenga que ver con él ¿Okay?—le dije pesada, él me miró asustado. Es que no quería saber nada de mi ex, incluso en mi mente es como que ni siquiera hubiese existido.

—Ya está bien mujer, no te lo nombro más—dijo levantando sus manos en señal de rendición—pero tenemos que hacer algo con esta situación, dos años de abstinencia es demasiado, así que o tiraí con algún cabro de la selección o buscamos a un tipo cualquiera en uno de mis carretes.

—Señor del Pozo, me puede contestar lo que pregunté—dijo la profesora a mi amigo. Él me miró horrorizado, pidiéndome ayuda, pero yo no le contesté, en venganza por molestarme.

—Yo bueno... Profesora—le dijo con voz encantadora—yo estaba comentando lo buena docente que es usted, sus clases son tan inspiradoras, que me llegan al corazón, me encantaría tener esa vocación que usted tiene, usted es mi modelo a seguir.—le dijo zalamero, tan chanta mi amigo.

—Oh eso me alaga mucho Señor del Pozo, bueno ahora continuemos con la clase—dijo la profesora. ¡MALDITO! Siempre hacía lo mismo, este hombre se está desperdiciando en ser gay, sabía cómo hacer caer a las mujeres, es que su cara de niño bueno más las palabras bonitas eran irresistibles, hace caer ¡hasta a las profesoras!

                 Luego de eso la clase siguió sin inconvenientes, mi amigo no quiso arriesgarse a que la profesora lo pillara perdiendo el tiempo otra vez. Luego de esa clase tenía que ir a geriatría que era una lata, porque el profesor era un abuelito que tenía una voz tan pajera, que hasta me daba sueño. Pero mi amigo tenía otros planes. Me tomó del brazo y me comenzó a prácticamente arrastrar hacia la salida de la universidad.

—Oye ¿Qué te pasa a ti? Ahora tenemos clases—le dije.

—Ese viejo culiao es muy fome, así que iremos a dar un paseo en el auto nuevo que me regaló mi viejo—Santiago amaba los autos—Es que hueona te vai a morir cuando lo veas.—dijo en tono afeminado.

You Belong with me || Ángelo HenríquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora