6: "7 minutos en el paraíso"

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No pude dormir en toda la noche, mi mente estuvo repitiendo a cada rato el beso con Ángelo, no se apagaba nunca y cuando al fin lo hizo ya estaba amaneciendo. Dormí como una hora y la maldita alarma comenzó a sonar. ¡Maldición! Hoy tenía que ir tempranito a Juan Pinto Durán porque los chicos tenían la tarde libre.

               Me levanté totalmente desganada, puesto que estaba muerta de sueño, pero tenía que hacerlo ahora o nunca. Me metí a la ducha, casi me quedé dormida por lo relajante que era. Ocupé toda mi fuerza de voluntad para salir de ahí. Luego de eso me vestí y salí al comedor en busca de comida, para recobrar fuerzas. Ahí estaba mi amiga Paz con una taza de café en la mano mientras mensajeaba en su celular.

—Buenos días perra— dijo levantando un poco la mirada de su celular, para solo saludarme. Luego continuó en lo suyo mientras le sonreía al celular.

—Para ti serán buenos—suspiré—no pude dormir en toda la noche, dormí menos de una hora.—dije mientras me preparaba un café para ver si la cafeína me quitaba un poco el sueño.

—Cuéntame perra, ¿Quién te quita el sueño?—dijo dejando su celular de lado mientras movía las cejas sugestivamente hacia mí y sonreía de manera coqueta.

—No seas ridícula—me senté junto a ella, con una taza de café en la mano y tostadas en la otra—Ay ya está bien, si hay alguien que me quita el sueño—mi amiga estaba a punto de ponerse a gritar—pero antes de que te pongas a gritar—su cara cambió automáticamente a una de decepción—no es lo que piensas.

—Ay vamos debe haber una razón para que no pudieras dormir po—enarcó las cejas— ¡Cuéntame ahora!

—Deberías contarme tú mejor, con quién hablabas tanto al celular—le dije evadiendo el tema

—Hablaba con el Nico—Oh Nicolás su ex, se conocieron el preuniversitario al que íbamos, que era en el único momento donde teníamos contacto real con hombres, ya que nuestro colegio era solo de mujeres y bueno se hicieron novios, pero su relación no funcionó, de hecho van y vuelven todo se fue a la b cuando ella se vino a estudiar a Santiago. Sin embargo este último tiempo siempre está mensajeándose con él o llamándose por teléfono, según mi amiga son solo amigos ahora, pero hay veces que habla tanto de él que no le creo—Pero eso no tiene importancia. Estoy esperando....

—Aish bueno, está bien te contaré—y ahí comencé con mi relato, cuando le conté lo del beso mi amiga comenzó a hiperventilar, a cada rato decía "ay me muero" o gritaba.—Y bueno eso, ahora no sé qué hacer, no sé cómo lo miraré, me da mucha vergüenza.

—¡Ay no seas ridícula! Debes seducirlo—dijo como si fuera lo más normal del mundo—El Ángelo te gusta eso es evidente.

—Estás loca—me miró con una mirada asesina haciéndome callar.

—Nunca un hombre te había quitado el sueño Javiera, eso indica que te gusta, así que deberías hacer algo.

—¡No voy a hacer nada! Él tiene novia, aparte no me gusta.—dije encogiéndome de hombros.

—Eres una mentirosa, pero bueno te dejaré con tu mentira que yo ahora llego tarde a mi último laboratorio de Química Orgánica—dijo mi amiga, levantándose de la mesa para luego irse.

               Quizás mi amiga tenga razón y sí soy una mentirosa porque puede que Ángelo me guste un poquito, pero no voy a hacer nada porque tiene novia. Además ¿yo con un futbolista? No eso nunca.

               Alisté mis cosas y me fui a Juan Pinto Durán. Al llegar a la entrada estaba en calma, no había mucha gente. Solo unos cuantos medios de comunicación y unas pocas personas. Saludé a los guardias, quienes ya me conocían. Y luego me dirigí a la especie de enfermería de Juan Pinto Durán. Cuando iba para allá vi a los jugadores haciendo un trote suave, mientras los que no jugaron en el partido pasado estaban jugando un partido contra los sparrings. En la enfermería estaba mi profesor.

You Belong with me || Ángelo HenríquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora