Capitulo 4

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El padre de Andy me dio una cantidad de dinero que le pedí por adelantado, tenia que dárselo a mis tíos ya que se quedarían en esa casa cuidándola con Joaquín y se ofreció a llevarme hasta mi casa en su auto, fui en el asiento trasero junto con Andy y el no dejaba de verme con sus ojos azules. Hasta hubo un momento en que me tomo de la mano, lo vi y me dio una pequeña sonrisa, de esas sonrisas que te dicen "todo va a estar bien" el sabia que estaba triste por lo de mi hermana pero de algún modo me sentía segura y mejor cada vez que el me miraba. 

—¿Y esta cosa?

—Se llama auto, bruta.

—Ya lo se, pero ¿que hace por aquí y que hace el chico golpeado aquí?

—Les explico todo luego, adentro todos—Dije mientras señalaba nuestra casita

Mi familia y yo entramos a la casa, por suerte Gabriela no había aparecido de nuevo por aquí.

—¿Que nosotras que?

—¿Acaso estas sorda? Nos tenemos que ir, mira, aquí esta el dinero para que ahora mismo vayan los tíos y Joaquín a cuidar la casa que ellos tienen aquí, para que no les pase lo mismo que a Jennifer, debemos irnos.

Escuché a mi madre como sollozaba, voltee a verla preocupada.

—¿Mamá?

—Gracias hija, al fin podremos vivir mejor.— Me dijo con un hilo de voz mientras me abrazaba, eran lagrimas de felicidad, mis tíos y mis dos hermanos se unieron al abrazo.

Unas horas mas tarde, empacamos las pocas cosas que teníamos y me despedí de mis tíos, nos fue difícil despedirnos de Joaquín pero nos tuvimos que ir, odiaba el hecho de empezar a mudarnos y empezar la "nueva vida" solo horas después de que perdimos a una integrante muy importante en la familia, pero no quería arriesgar a nadie ni un segundo mas.

En el camino hasta la casa en el campo Andy iba sentado conmigo y Miranda en el asiento trasero yo iba en el medio de ellos dos, mi hermana roncaba como oso y mi mama iba al frente con el señor Biersack hablando, iba perdida en mis pensamientos mirando a la nada hasta que la voz en susurro de Andy me trajo de vuelta a la realidad.

—Vas a ver que todo va a estar bien, no te preocupes.— Acarició mi rodilla suavemente mientras me sonreía la cual se la devolví y le agradecí de nuevo en susurro.

El suave movimiento del auto me relajaba, no me había subido a un auto particular antes y si lo hice no lo recuerdo, pero me sentía mas segura y calmada que en cuestión de minutos mis parpados pesaban y termine dormida.

Al llegar a la casa de los Biersack, me desperté y noté que estaba dormida en el hombro de Andy y el aún dormía con su cabeza sobre la mía. Lo moví un poco y logré despertarlo.

—Llegamos.— Dijo el padre de Andy mientras abría la puerta del auto. Andy se estiró un poco y se quejo un poco mientras se acariciaba el cuello, seguro le dolía, no es muy cómodo dormir en el auto, lo se porque hice exactamente lo mismo, pero Miranda ni se había despertado.

—Oye.— Le hable sacudiendo ligeramente su pierna pero se despertó asustada.

—¡¿Qué que?!— Dijo cuando accidentalmente golpeo mi mano.

—Tranquila loca. Ya llegamos.— Le dije mientras le desabrochaba el cinturón de seguridad.

—¿Llamas loca a una persona que durmió por años con miedo a que entren a robar a su casa?

—Ya no mas.— Dijo Andy desde la puerta con una dulce sonrisa en su rostro.

Al bajar del auto, pude ver con claridad la casa, era de esas casas de la alta sociedad, una mansión y muy hermosa, de dos pisos, blanca con detalles negros, ventanales gigantes, un jardín grande y bien cuidado. Ni las casas en el centro de la ciudad eran tan hermosas como esta.

Comenzamos a caminar con los bolsos, todo se veía tan lindo pero un comentario de Andy me hizo preocuparme un poco.

— No se hagan problema por mi madre ni mi hermana, ellas no pueden decirles nada dado que la casa es de mi padre, por lo tanto no hay problema que se queden.

—¿No consultaste esto con tu madre?— Se notaba la preocupación en mi tono.

—No hacia falta.— Respondió Joey.— Ella decía de buscar nuevo personal y ya lo conseguimos, fue su idea, por lo tanto no puede quejarse.— Afirmaba seguro mientras abría la puerta de la casa.

Entramos a la casa, si me parecía hermosa por fuera, por dentro era una maravilla, pisos brillosos, muebles caros, paredes limpias, era gigantesca. Después de asombrarme por la belleza de la casa, el rabillo de mi ojo percibió movimiento por la escalera que estaba ubicada a un lado de la sala, pude ver a una señora de unos 30 años casi bajando por las escaleras, podría jurar que bajaba como la reina de Inglaterra, elegante, rubia, alta, con ropa obviamente costosa.

 Miraba muy concentrada su celular, cuando despegó su vista de la pantalla, su rostro casi se pone pálido, el asombro era notable en su rostro, normal, no todos los días alguien de tu familia mete a tres desconocidas sucias, con harapos a tu casa y encima, con bolsos como si fueran a mudarse.

—Hola querida.— Le dijo mientras le daba un pequeño beso.

—Ho...hola amor—Le respondió a su esposo perpleja y dirigió su mirada a Andy—Hola hijo.— Le dijo con un tono algo dulce, pero parecía fingido.

—Hola.—Respondió el chico, de una forma muy fría.

—Querida, ella es (tn)___, su hermana Miranda y su mama Mónica; ellas se encargarán del servicio domestico aquí. Ella es mi esposa, su nombre es Belinda.

—Bueno, un gusto señoras, supongo que deben ser de extrema confianza si es que mi marido tomó la decisión sin ni siquiera consultármelo antes.— Esta señora tenia una capacidad impresionante para hacer sentir incómoda a la gente. Su sonrisa era falsa, y desvió su mirada a su esposo como si quisiera matarlo.

—Bueno, no la tomó solo.— Agregó Andy un poco molesto.— Tu eras la que quería un servicio doméstico nuevo, aquí están. ¿Algún problema?— Belinda asesinó con su mirada a Andy.

—Claro que no hijo, es solo que pienso que estas cosas se deciden en familia.

—Disculpe, no queríamos causar molestias.— Interrumpió mi madre para disculparse e intentar cortar con la tensión que había entre Belinda y su hijo.

—No es ninguna molestia Mónica.— Le respondió Joey de buena manera, nada que ver con la actitud de su esposa.

—Por favor, vengan les mostraremos sus habitaciones y luego el resto de la casa.— Añadió Joey para subir por las escaleras, pasamos por el lado de Belinda y sentí su mirada fría en mí y como miraba con desprecio mi cicatriz, definitivamente creo que esta señora va a ser un problema.


(EN EDICIÓN) Hell is so close to heaven (Andy Biersack y tu) [HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora