Capitulo 6

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—¿Andy?— Le dije esperando una respuesta.

Parecía en transe, miraba mis ojos y bajó su mirada a mis labios por un segundo, mojó sus labios con la lengua haciéndome bajar la mirada para verlos, me estaba poniendo muy nerviosa, él se sostuvo del marco de la puerta, parecía que iba a caerse, estaba muy ebrio.

Se acercó y me dio un beso rápido en la mejilla—Lo siento...— Susurró y desapareció en la oscuridad del pasillo

Quedé perpleja, tocando mi mejilla que fue besada hace unos segundos, no entendía porque se disculpaba, porque actuó tan raro, una leve sonrisa salió de mis labios pero tuve que caer en la realidad, sea lo que sea que haya pasado por mi mente y la tensión que hubo en este momento con Andy, no podía repetirse. 

A la mañana siguiente desperté a las 6 de la mañana para comenzar con mi empleo, me bañe, me vestí y fui abajo para ver si ya había despertado mi mama y Miranda.

Mamá estaba hablando con una señora que nunca había visto, al parecer esa señora le enseñaba a cocinar, lo que es lógico porque mi mamá no tenía muchos conocimientos con la cocina tan completa y moderna.

—Buenos días ____, ella es María, la tía de Andy y Melanie.

—Buenos días____ es un placer conocerte.

—Igualmente señora.—Bueno parece que esta señora no es una bruja como la hermana.

—Muy bien señoritas, les explico como es todo aquí.—Dijo mientras sonreía.—Como es sábado Belinda y Joey se levantan a las 10 de la mañana, los otros dos haraganes a las 12 de la tarde a veces Andy a las 13, si se levanta mas tarde que eso tienen autorización de despertarlo, si es necesario échenle un balde de agua y van a ver que rápido se levanta.— Dijo en tono burlón.

Al parecer María se hacía cargo de las cosas de la casa hasta que aparecieran las nuevas sirvientas.

Escuchamos a alguien bajar las escaleras.

—Supuse que vendrías.— Hablaba Belinda con aires de superioridad.—No tuve tiempo de avisarte los... cambios de ultimo momento que hizo mi marido...

Buenos días vieja amargada

—Si, claro, le estaba explicando como funciona la cocina...

—Si le dieron el trabajo debe ser porque tiene esos conocimientos.— Interrumpió Belinda.

—Lo lamento señora pero, es que yo no tenía esta cocina en donde vivía...

—Y si no quieres volver de donde viniste entonces mas te vale que aprendas rápido. Llévame el desayuno a la cama, lo quiero en diez minutos.— Y se fue de la cocina escaleras arriba.

Mi madre tenia una mirada de preocupación.

—No le hagas caso.— La animaba María.— Ella siempre fue un gruñona y mandona, pero se que pueden manejar esto.

Yo tenia un vaso de vidrio en la mano y lo apreté tan fuerte que casi se rompe, ya estaba odiando a esta bruja.

 **** 

Varias semanas pasaron, los malos tratos de las dos brujas no eran peor pero eran muy evidentes y cuando Andy podía nos defendía. No hable mucho con el desde la otra noche y agradezco eso, la verdad me facilita mucho más mi estadía aquí.

—¿Terminaste con los baños de arriba?— Le pregunte a mi hermana mientras lavaba los platos.

—Creí que tu los limpiarías.

—Claro, todo con tal de evitar los baños ¿no?

—Pues...

—Ya me encargo yo, tu lava los platos.— No pense bien mis palabras, tenia que entrar al cuarto de Andy para limpiar su baño, en esas tres semanas que llevaba trabajando ahí nunca entré al cuarto de Andy, siempre iban mi hermana o mi madre, Pero esta vez estaban las dos ocupadas, no tuve mas opción.

Toqué la puerta y no hubo respuesta, por lo que decidí entrar. Me encontré con una habitación vacía, la cama estaba destendida, las corinas cerradas y la tenue luz que las atravesaba iluminaba un poco el cuarto.

 Entré y empecé a ordenar todo, cuando termine, pasé al baño. Comencé a limpiar el baño, el agua que corria en la bañera hacia ruido por todo el baño, no escuche en que momento entró él.

—No hace falta que hagas esto.— Su voz me hizo asustar tanto que salté, resbale con el agua en el piso y caí golpeando mi brazo con le retrete.—¡¿Estas bien?!—Se acercó preocupado.

—Si, tranquilo, no paso nada.

Me ayudó a levantarme, me sentó en el retrete y cerro el agua de la bañera.

—¿Cómo no me voy a preocupar? Te caíste.

—Pero estoy bien.— Me apoye para levantarme y un dolor atravesó mi brazo haciéndome gemir de dolor.

—No parece, déjame verlo.— Andy procedió a ver mi muñeca y asegurarse que no estuviera rota. Lo tenia tan cerca como la otra noche que pude apreciar mejor su rostro.—No esta rota, ¿Te duele mucho? Voy a ponerte hielo.

—No hace falta Andy, no hagas esto por mi, no te molestes.

—____ por favor. Acabas de tener un accidente por mi culpa, déjame ayudarte.

Me llevó a la cocina y me puso hielo, para mi desgracia apareció Melanie.

—¿No debería estar trabajando?

—Se lastimo. Dejala en paz.— Andy se acerco y puso hielo en mi muñeca.

—Es parte del trabajo.

—Cállate, como si tu alguna vez en tu vida hubieras trabajado.

—Pero al menos no perdería el tiempo, le pagamos porque trabaje no porque se lastime.

—¡Melanie, cállate!

—¡Andy!— Llamé la atención de ambos.—Voy a volver al trabajo, no te preocupes.

—Pero...— Le di la bolsa de hielo y me dirigí a la puerta.

—Por cierto...—Me dijo Melanie y me detuve en la puerta sin mirarla.—Dirígete a tus superiores como es debido... ¿entendiste?

—¡Basta!— Andy se estaba desesperando.

—Si señora...— Le respondí en voz baja y subí a terminar mi trabajo.

Escuché a Andy y su hermana discutir pero no quería seguir ahí, llegué al cuarto de Andy limpie lo mas rápido que pude mientras las lagrimas salían de mis ojos. Se que estaba acostumbrada a que me traten como basura pero ¿tan crueles pueden ser estas personas? ¿Qué necesidad de humillar a alguien? ¿De hacer menos a alguien?

 Alguien se arrodillo frente a mi mientras preparaba las cosas de limpieza para irme, unas manos tomaron mi rostro y secó mis lagrimas para luego abrazarme. El perfume de Andy me hacia sentir tan calmada y ese abrazo... jamás me había abrazado.

—Lo lamento tanto ____, lo lamento, nunca tuve que traerte, sabia que estas idiotas iban a arruinar todo, perdóname.

Levante mis brazos y lo abracé también, no me di cuenta lo mucho que necesitaba un abrazo.—Esta bien...

—¡No! No esta bien.— Me interrumpió.— No puedo creer que pases todo esto, no te lo mereces. No sabes como sufrí estas semanas que no podía acercarme a ti, lo evitaba a toda costa pero no puedo mas.

Esa confesión me impacto, me separe un poco de el para verlo a los ojos.—¿Por qué me evitabas?

—Porque no quería dificultarte las cosas aquí... porque soy un estúpido... pero ya no quiero serlo.— Tomo mi rostro en sus manos suavemente y besó delicadamente mis labios. 


(EN EDICIÓN) Hell is so close to heaven (Andy Biersack y tu) [HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora