Capítulo 45 - Estoy aquí pequeña (parte 1)

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CAPITULO 45

(Instagram: mait99 - seguidme por ser el último capitulo )= )

Camino hacia ellos y paso entre las dos torres que son sus cuerpos, empujándoles. Bajo rápido con uno de ellos detrás de mí y ya en el piso principal me hace una seña con la cabeza para que le siga hasta el fondo de la casa-almacén. Hay una puerta que se confunde con la pared por su aspecto y que estoy seguro de que me habría costado encontrarla si no fuera porque tiene un pomo indiscutiblemente oscuro. El hombre saca de su bolsillo trasero del pantalón un llavero en el que cuelgan varias llaves. Y mientras busca la indicada me permito pensar por un instante dónde estará Trenton y si le habrán pillado, espero que no sinceramente.

Bajamos unas escaleras bastante destartaladas, supongo que será porque muchas personas han acabado rodando por ellas y puede que incluso muerto.

- Tu amiga es una preciosidad chico, pero increíblemente hábil peleando. Me ha costado mantenerla quietecita, pero al final lo he conseguido. – Se ríe el hombre con calvicie incipiente que se acaba de ganar el segundo tercer puesto en mi lista negra.

El primero es Jeff por supuesto, y el segundo es el maldito padre de Mia.

- Por tu bien espero que no le hayas tocado ni un pelo. – Camino detrás de él y pasamos por una especie de celdas vacías, hasta que comenzamos a llegar al fondo.

Allí hay un par de hombre encerrados y custodiados por un guardia más.

Parecen completamente hechos polvo y gracias a Dios ninguno de ellos está despierto, si fuera así no podría ver sus caras de sufrimiento pidiéndome una ayuda que no puedo darles.

Al menos por ahora.

- ¿Dónde está? – Me impaciento.

- Ahí mismo amigo, relájate y tómate tu tiempo. La echaremos de menos, no solemos tener a chicas tan guapas por aquí.

Se carcajea colocándose el arma en hombro y yo solo quiero reventarle la cara.

Camino a paso rápido hacia la celda que me ha indicado y allí la veo.

Tumbada, mejor dicho tirada en el suelo sobre una sábana sucia.

- Mia.

No me contesta a la primera así que a medida que me acerco la llamo de nuevo.

- Mia, nena.

Sigue sin contestar y cuando estoy justo frente a las rejillas que la separan de mí, la veo con más claridad.

Dios mío, ¿qué le han hecho?

Agarro la puerta y tiro de ella, pero como era de esperar está cerrada. El hombre de antes se acerca con paso arrogante y aburrido y mis nervios comienzan a aflorar, mucho más fuertes que aquella vez. Mucho más rabioso que hace unos años.

- Abre la jodida puerta de una puta vez. – Gruño entre dientes, necesito tocarla, sentir que está bien, que me mire y me diga que no la he cagado del todo... aunque en el fondo sepa que eso no es verdad.

Cuando finalmente la abre después de buscar otra vez la puñetera llavecita en ese llavero del demonio, le empujo para que me deje entrar antes de que llegue a sacar la llave siquiera. Me agacho para estar a su altura y puedo verla mucho mejor que antes.

Sus ojeras son más que presentes y tiene la cara sucia, como si le hubieran restregado ceniza por toda ella y sus ropas están rotas. Le toco por todas partes para comprobar que está bien, que no tiene nada roto y en mi inspección encuentro varios moratones y magulladuras que indiscutiblemente no puede habérselas hecho ella sola, a menos que ese hijo de puta le haya tocado de verdad.

BOXEA COMO PUEDAS (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora