Tocaban el timbre de la sala cuando salí de mi habitación, al mismo tiempo me sentí frustrada porque yo tenía que ir a abrirla.
Billie se había ido a sus entrenamientos de fútbol y mientras yo tenía que lidiar conmigo misma.
Cuando abrí la puerta de la sala casi me voy de trasero.
- ¡Mamá! - sonreí.Ella me sonrió, dejó un beso en mi frente y entró a casa.
- ¿Por qué tocaste? - cuestioné.
- Se me olvidaron las llaves en el consultorio - explicó.
Reí. Caminé hacia la cocina y serví un poco de agua en un vaso.
Cuando salí encontré a mamá en el sofá, reposando la cabeza en un cojin y viendo televisión.
Le entregué el vaso y tomé asiento junto a ella.
- ¿Día pesado? - murmuré preocupada.
Ella bebió rápidamente el líquido y luego dejó vacío el vaso sobre la mesa.
- Como siempre - resopló agotada.
Acomodé el cabello que lograba salirse de su peinado y la acaricié.
Mamá trabajaba siempre tan duro, que si yo quería ser mejor que ella algún día, sería imposible.
- Al menos ya se acabó por hoy - se alivió.
Sonreí, su positivismo siempre me animaba a seguir adelante.
Le besé la mejilla.
- Sigue adelante.Mi hermano y yo nunca sabíamos a qué hora llegaría mamá, ni siquiera sabíamos si incluso volvería.
Su trabajo siempre la mantenía estresada, a veces me gustaría ser capaz de ganar dinero para llevarla al Spa.
Nos quedamos en silencio viendo como descalificaban a nuestro diseñador de ropa preferido en Project Runway.
- Buenos para nada - murmuró mamá al mismo tiempo que yo soltaba una grosería.
Entonces me miró.
- Oye, dime algo - pidió - ¿Cuántas veces he pospuesto nuestra búsqueda de ropa en un centro comercial por mi trabajo?Fruncí los labios pensativa.
- No son muchas, creo que con la última fueron 6.Su mirada se oscureció de tristeza.
- Lo siento.Sonreí en respuesta.
- No hay problema, lo sabes.- En realidad me siento mal por eso, AbbyPooh. Estoy dejándote de lado.
- Pero tú no te preocupes por eso - le aseguré - Estás ocupada y lo entiendo.
Mamá suspiró.
- Vayamos a ese día de compras - me sonrió.Alcé mis cejas con sorpresa.
- ¿Ahora?Ella se levantó.
- ¡Claro! Consigamos un hermoso vestido de graduación.Jadeé y dejé caer mi cara en el asiento del sofá.
- ¿Quién te dijo de eso? - protesté.
- El consejo de Padres de Familia - dijo en respuesta.
- ¿Debo hacerlo? - gruñí.
Ella rio y me arrojó un cojin a la cabeza.
- ¡Sí! Vamos. Te tengo una sorpresa - confesó.
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Si fuera verdad. (Editando)
Teen Fiction¿Podría ser verdad que estuvieras conviviendo con tu amor platónico por medio de una red social como Twitter? Parece imposible, ¿cierto?