Siempre tendremos Twitter.

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El baile lucía fantástico, mejor que alguno anterior. Me sentía soñada al lado de Shay, sobre todo con un vestido tan precioso.

Era una escena como de película.
Un baile, vestidos hermosos, parejas súper atractivas y mejores amigas. Este seguramente se trataba del mejor momento de mi vida... Hasta ahora, espero.

Había globos de diversos colores por todas partes, confeti, música a volumen alto, comida y muchos chicos bailando en la pista.

– Esto luce muy bien —me susurró Shay al oído mandando escalofríos por toda mi columna vertebral. Me causó ternura—No tiene nada de parecido a como fue mi baile de graduación.

Me reí.
– ¿Qué tan malo fue?

– Bueno, no fui. Pero mis padres organizaron uno en casa para no hacerme enfadar... Aunque no lo lograron —se quejó.

–Suena horrible, ¿mínimo tenías pareja? —cuestioné engañándome a mí misma, pues realmente no quería oír la respuesta.

– Meh... —me alegró que no luciera emocionado —Algo así, la que me obligaron a llevar.

Suspiré.
Esto no me gusta. Abigail, cállate ya. No más preguntas.
– ¿Kathleen, acaso? —no me sentí nada feliz de decir su nombre.

Shay siseó.
– No la invoques. Me da miedo. Es el señor tenebroso de mi Harry Potter.

Que sea modelo intriga, que sea Shay Robertson atrae ¿pero que haga referencias de Harry Potter? ¡enamora!

Solté una carcajada.
– ¿Qué pasó entre ustedes? Parecían ser felices.

– Sí, lo éramos. Mucho, había mucho amor —dijo con sarcasmo gracias al cielo.

Rodé los ojos.
– Bueno, no me expliques.

Vamos, Abby. Deja el drama y goza el momento. ¡Estás con Shay Robertson!

– No, está bien. La verdad no, nos odiábamos. O al menos yo la odiaba. Es superficial y falsa.

– Vaya, lo disimularon muy bien frente a las cámaras —dije con volumen muy bajo.

Entonces me observó, por supuesto que me escuchó. Al parecer la música alta no hacía bien su trabajo.
– ¿Te refieres a nuestros besos? Abby, no te enceles. Eran besos falsos...

– Ah, yo no estoy celosa. Yo sólo...

– En serio, hay una diferencia. Por ejemplo, los besos que te doy son con amor. Mucho amor —me guiñó un ojo.

– Yo diría lujuria —murmuró Justin entre risas.

Shay lo observó.
– Tú cállate, cara de pizza podrida.

– A decir verdad, tus besos destilan mucha lascivia... —le dije al rubio.

– No, a eso se le llama pasión —me corrige.

– Ajá —enarqué una ceja.

– Bien, hay que ir a sentarnos —sonrió Alejandra amarrándose bien de Justin.

¿Quién diría que esos dos terminarían juntos? Justin babeó siempre por Alex pero ella nunca se dio cuenta. Qué estúpido te vuelve el amor...

Caminamos hacia el fondo del salón y nos sentamos en una mesa redonda.
Maddie todavía se notaba a punto de desmayarse.
– Oye, ¿está todo bien? —inquirí.

Suspiró.
– Claro... eso creo —se mordió el labio inferior.

Gregg le sonrió y pude ver el momento exacto en el que se le derritieron los huesos a Maddie.

Si fuera verdad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora