Capítulo diecinueve.

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Abby.

La cabeza me estaba matando, sentía que pronto explotaría. El sueño de verdad estaba haciéndome falta.

La llegada mensual del maldito insecto se había adelantado y eso me ponía sensible.

Intentando no quedarme dormida en medio pasillo, caminé hacia el comedor con falta de motivación.

Por lo menos ya había llegado la hora del almuerzo.

Dejé caer mis libros en la mesa sin mucho cuidado. Justin me miró con susto.

- Uy, ¿alguien se levantó con el pie izquierdo? -se echó a reír.

Me senté de mala gana y abrí un poco más los ojos.

La sonrisa de Justin estaba por toda su cara, aunque su aspecto era como si le hubiese explotado algo en el rostro.

- ¿Qué le pasó a tu cara? -solté una carcajada.

Él se pasó las manos por la cabeza y luego arrugó la nariz.

- Hubo un problemilla en la clase de química.

- Lo supuse -dije y saqué mis libros para hacer tarea de la clase siguiente.

Entonces Justin se levantó y me tomó de los hombros. Ensanchó su sonrisa e hizo un signo de amor y paz con su mano derecha, justo en el momento en que Alejandra llegó con una cámara diciendo:

- ¡Sonrían!

Subí las comisuras de mis labios ligeramente, no me sentía con ánimos de sonreír.

- ¡Vamos, Abigail! Sonríe un poco. Es para el anuario -explicó.

Negué con la cabeza como la gran mocosa amargada que soy, según Jus.

Fue cuando Jus me picó las costillas y solté una risa.

Alejandra tomó la foto también entre risas.

Le pegué un codazo a mi mejor amigo y con frustración me alejé de él.

- Tonto -musité fastidiada pero ligeramente divertida.

- Una última -anunció y puso la cámara frente a nosotros otra vez.

Me crucé de brazos lista para arruinar la diversión y en eso Justin me pega sus labios en la mejilla.

Comencé a reír y decidí al fin sonreír.

- Par de torpes -dije y solté una risotada.

¿Quién diría que necesitaría tan poco para mejorar mi día?

><

Ale.

- Oye, ¿hay novedades? -preguntó Maddie sonriente.

- Algo así, Shay prometió venir antes de lo planeado. De verdad está loco por Abby.

Maddie se me quedó viendo.
- ¿Y ahora qué haces?

Me encogí de hombros y mandé la foto por WhatsApp.

- Sólo juego un poco -me eché a reír.

Shay va a matarme.
Y Abigail también.

Pero valdrá la pena.

><

Shay.

- Una más, Levine -aseguró el fotógrafo y cambié de posición.

Estaba comenzando a darme frío.
Dios, ¿Quién hace una sesión fotográfica en la nieve con un chico descamisado?

- Terminamos, gracias Shay -dijo al terminar unas fotos más.

Me alejé de ahí y me puse mi suéter.

- ¿Alguien vio mi celular? -cuestioné.

- En tu camerino, Shay -respondió la coordinadora.

Una vez dentro de él, quise mandarle un mensaje a Abigail.

Mi preciosa y pequeña Birdy. Tan hermosa. Me encanta.

¿Cómo pude caer tan rápido por alguien que llevo poco de conocer?

Sin duda alguna, estoy fascinado por ella. Su belleza, su carácter, toda ella me cautiva.

En serio, necesito verla.
Besarla, hablar con ella, abrazarla, tocarla.

Lo necesito.
De verdad la necesito.
Y finalmente todo sucederá en unos días.
No puedo esperar.

Abrí un mensaje que Alejandra me había mandado, era un archivo y ella escribía en el mensaje:

"Te estás tardando mucho"

Oh, maldita sea.
¿Otra vez con ese idiota?
Cada vez, parecen menos amigos.

Luego me llegó un video.
Era corto, Alejandra decía que necesitaba una foto para el anuario y Abby se reusaba a sonreír.

Se veía hermosa, como siempre. Aunque lucía triste. No, mi tierna y dulce birdy.

¿Fue porque no hemos hablado en todo el día?

Todo estaba perfecto, pero entonces apareció otra vez. El tal... ¿Jerry? Ni idea.

Y la besó.
¡La besó! Maldito sea. Abby es mi novia, sólo mi novia. Que no se le acerque.

Quiero golpearlo.
O estrellar mi nuevo celular contra la pared, lo que pase primero.

Yo quería besarla así.
También en los labios, en su maravilloso cuello, con mi lengua marcar cada curva de su cuerpo, sí, una vez que la vea, seguramente me echaré encima de ella. Me trae loco.

Abigail, algún día.
Algún día. El amor a distancia no es para cobardes, es para intrépidos.

O por lo menos para nosotros.
Algún día, Abigail. Lo prometo.

- Señor Robertson -entró una coordinadora -Le llama la Señora Robertson, están listos para partir.

- Voy enseguida -respondí.

Si fuera verdad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora