Capítulo diecisiete.

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- Abby -

- No creo que entiendas, incluso lo empeoras  - me dijo frustrado.

Resoplé.
- ¡Lo siento! Yo te advertí que era pésima en esto...

- Sí, pero no creí que fuera tanto. Estás... uh, ¿Cómo lo digo sin insultarte? - pensó - ¿Tonta? Sí, estas tonta Abigail.

Le di un codazo.
- No seas tan idiota. Dijiste que serías un buen tutor.

Justin bufó.
- Creo que ya me estoy arrepintiendo.

Estuve a punto de protestar cuando Alejandra azotó sus libros en la mesa.

La miré.
- ¿Y qué está mal contigo? -inquirí.

Ella bufó.
- Trent, eso está mal conmigo. Es un imbécil. Dijo que había terminado con Tracy y que quería ir al baile conmigo, ¡pero mintió! Hoy los vi "reconciliarse" en medio patio de la escuela y me dieron ganas de ir a proporcionarle unas patadas.

Hice una mueca.
- ¿Por qué te aferras a Trent? Hay muchos más peces en el agua.

Ale me miró mal.
- Para ti es fácil decirlo, tienes dos chicos diferentes tras de ti.

Me desconcerté.
- ¿Qué quieres decir?

- Justin, Shay... -sugirió.

Justin frunció el ceño.
- Dos cosas, mujer. ¿Por qué yo y quién es Shay?

- Shay es el crush de Abby -explicó Alejandra ignorando la primer pregunta -Y Abby es el crush de Shay.

- Ow, ¿y por qué no están saliendo? Serían una pareja adorable -dijo Justin con una sonrisa bobalicona.

- Porque él es un imposible que vive en la ciudad de Nueva York y yo una simple que vive aquí, en Seattle -me quejé con pesar.

Justin chasqueó la lengua.
- Dulce Abigail, tú no eres simple. Eres una persona genial que me acepta tal y como soy. (Y esa es la tarea más difícil de todas) No te subestimes sólo porque tu chico es una cara bonita. Debes tener la mirada bien arriba. Y, bueno, quién sabe, tal vez cuando tú crees que eres poco para él, él se crea nadie para ti. Caras vemos y corazones no sabemos. Sube más ese ego, porque si no lo haces tú, lo haré yo y será super incómodo porque soy tu mejor amigo. ¿Me entiendes, no?

Me reí.
- Sí, lo comprendo. Gracias, Jus. Lo necesitaba.

Me dio un beso en la mejilla y por un momento me sentí una chica preciosa.

- Pues gracias a que nos conocimos, aquí estaré mucho más tiempo -respondió.

Alejandra nos miró sugestivamente.
- Ustedes dos son tal para cual. Sean pareja.

- Nosotros no nos gustamos -puse mis ojos en blanco al explicarlo por decimosexta vez.

- Da igual -Alejandra suspiró - Al diablo el maldito baile, no hay esperanza. Iré sola y me avergonzaré por no tener pareja.

Justin mostró todos sus dientes en una sonrisa.
- ¿Y por qué no vas conmigo? Yo tampoco tengo pareja.

Alejandra soltó una risa poco auténtica.
- ¿Es broma? Prefiero ir sola, ni siquiera te conozco. Además, no seas tonto, ¿por qué no vas con Abby?

Justin ladeó su sonrisa.
- No le gusto a Abby.

- Pues a mí tampoco me gustas, ¿sabes? Olvídalo -espetó Alejandra molesta.

Se levantó y después de tomar sus libros se alejó.
- Te veo mañana, Abs.

Justin suspiró cuando se fue.
- Es muy ruda conmigo.

- Lo sé, así es con todos los que no conoce, descuida -le sonreí.

Él suspiró y dejó caer su cabeza en la mesa.
- ¿Crees que alguna vez... pueda ser su novio?

Le di una palmada suave  en el hombro.

- Haz lo mejor que puedas y te aseguro que con esa cara bonita que te cargas, serás su próximo chico.

- Gracias, Abs -respondió levantando la cabeza -Aunque a veces siento que no hay esperanza.

Me reí.
- Tampoco creas que Alejandra es mucho, es sólo una chica.

Jus sonrió como idiota enamorado.
- Para mí no hay nadie igual.

Lo miré.
- Hombre, esto es un rotundo sí. Sigue así y algún día la conseguirás.

Se quejó.
- Ella piensa que me gustas -hizo un mohin.

- Sólo le gusta fastidiar -expliqué -Quizá sí le coqueteas...

- No lo sé, ¿y si lo empeoro? -cuestionó.

- Entonces te arrepentirás de haberlo hecho y no de haberte quedado con las ganas -sugerí.

Justin río dulcemente, realmente estaba considerándolo.

> Imagina lo precioso sería arriesgarse y que todo salga bien -le susurré.

- Mario Benedetti, woah. Has estado prestando atención a literatura -contestó orgulloso.

- No tienes idea -solté una risa -Pero no lo veas como una frase, míralo como la verdad.

- Créeme, Abigail. Eso hago.

Si fuera verdad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora