– ¿Tú que opinas? —pregunté clavándole la mirada.
Madison terminó su helado, se acomodó en su asiento y me devolvió la mirada.
– Pienso que estas demente —se burló.
Rodé los ojos.
– ¿Para esto quieres que te cuente sobre mis sentimientos?Maddie sonrió.
– No lo tomes a mal, Abby. Simplemente el amor no es lo mío —se excusó.Casi me convence con esa afirmación.
– ¡Pero tienes novio! —protesté.– Sí, pero no soy una buena novia —dijo encogiéndose de hombros.
Solté un suspiro.
– Necesito un consejo... ¿Qué puedo hacer?Mad se puso a pensar.
– ¿Y si se lo dices?Casi me caí de la impresión.
– ¡Ni loca!– Hey, vamos. ¿Por qué no? ¿Qué es lo peor que puede pasar?
– Me rechazará.
– No lo sabes.
– De todas formas no quiero saberlo —dije para mí.
– Hey —llegó Frank saludándonos. Me dio un beso en la mejilla y se sentó junto a Maddie después de darle un beso en los labios.
Apreté la mandíbula.
Me daba celos ver a la pareja que tenía enfrente.Maddie salía con Frank desde octavo grado. Eran una bonita pareja.
Pero que yo los apoyara no quería decir que podían ponerse empalagosos frente a mí.
– ¿Qué cuentas, Abby? —preguntó Frank mirándome sonriente.
– No mucho, Frank —me encogí de hombros —tu novia no sabe dar consejos sobre amor.
– Bueno, a ella no se le da el romance —dijo tomando una cucharada de su helado —por eso, yo di el primer paso en nuestra relación.
Dios no, aquí viene la historia.
– Maravilloso —dije desinteresada, esperando que fuera suficiente para que dejara de hablar.– Todavía recuerdo cuando derramé mi jugo en tu blusa —dijo volviéndose a ver a su novia —Estoy seguro de que era el destino.
– No sigas, por favor —pedí de la forma más sincera posible.
– Hey —saludó Alejandra sentándose a mi lado —lamento llegar tarde. Mi hermana es tonta y no me prestaba el automóvil.
– Dímelo a mí —me quejé —mi hermano es insoportable y tuve que venirme "a patita".
Maddie soltó una risa melodiosa mientras recargaba su cabeza en el hombro de su novio y éste le colocaba un beso en los labios.
Miré a Alejandra e hice ademán de inducirme vómito con el dedo.
Ella me miró risueña.
– ¿Vamos al 'Stop & Buy'? —preguntó Mad después de recibir cariño de su novio.– ¿Para qué? —inquirí —el baile del colegio es en una semana.
– Sí, pero esta semana hay descuento en vestidos de graduación.
Puse los ojos en blanco.
– Vamos —acepté.Caminábamos dentro de la tienda de ropa mientras Frank y Maddie se ponían cariñosos, Alejandra rodaba los ojos cada cinco minutos y yo luchaba por mantener mi cabello de forma decente.
– Hey, ¿no es ese tu esposo, Abby?—preguntó Frank mirando un cartel.
Oh, Dios mío.
Ahí estaba.
En todo su esplendor...
– ¡Shay Robertson! —exclamé subiendo el tono.No me puedo controlar, nunca puedo cuando se trata de baby Shay.
El cartel mostraba una sexy imagen de él modelando para una marca de ropa que no conocía.
Se veía asquerosamente bien como siempre.
– Espera, o sea... —Alejandra interrumpió mi momento fangirl con mi esposo imaginario – ¿Shay Robertson vendrá a Seattle?
Se detuvo mi corazón.
De repente me mareé y comencé a sentir que iba a desmayarme.
– Sí, ahí dice —señaló Frank —vendrá a esta tienda de ropa a una sesión de fotos.
Oh mi Dios.
Oh mi Dios.
Oh mi Dios.
Yo...
Yo...
Me siento...
Bi-bi-bien...
Al diablo, ¡me siento extasiada!
- Ale, Ale - la llamé - ¿podrías darme una mano? Creo que me voy a desmayar...
Alejandra rodó los ojos.
- Abigail, no seas dramática - me reclamó.
- Oye, puede pasar - me defendió Mad - de hecho, si el caso fuera que viniera Gregg Miller... - suspiró - Yo al momento colapso.
Frank la miró mal.
- ¿Quién demonios es Gregg Miller? - inquirió furioso.
- Eh... - las mejillas de Maddie se tornaron rojas - es... es...
- Tan sólo el modelo de ropa interior más famoso de Estados Unidos - susurró Alejandra lo suficientemente audible para que Frank lo oyera.
Las mejillas de Maddie se pusieron al rojo vivo.
- Yo no... no es... Agh - protestó mi amiga nerviosa.
Frank pasó su brazo por los hombros de mi amiga y la acercó a su cuerpo.
- Pues mejor que ese tipo permanezca lejos de ti, porque tú eres mía - le susurró a su novia pero nosotras desafortunadamente lo escuchamos.
Posteriormente la pareja disfrutó un beso apasionado en pleno pasillo de la tienda.
- Ugh - nos quejamos Mad y yo al unísono.
Me volví a ver el cartel.
Oh, Shay...
Si tan sólo fuera mínimo visible para él...
- ¿Cuando va a venir? - pregunté triste.
- Creo que el próximo mes, no sé - respondió Alejandra aguantando las náuseas que se le formaban al presenciar el encuentro amoroso de nuestros amigos - ¿Vas a ir?
Shay Robertson...
Probablemente no lo veré y si lo hago, terminaré al final del día con toda una memoria de 12KB llena de fotos de Shay.
Um...
- Sí - respondí - no veo porque no.
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Si fuera verdad. (Editando)
Teen Fiction¿Podría ser verdad que estuvieras conviviendo con tu amor platónico por medio de una red social como Twitter? Parece imposible, ¿cierto?