Si fuera verdad. (Editando)

Capítulo veinte.

Abby.

Miércoles.
Hoy era miércoles apenas y se sentía relativamente tedioso.

No había nada nuevo por lo que debería emocionarme o o por lo que debería tener ganas de seguir adelante.

Aún estaba el insecto implantado en mí y a la mayoría de las personas les gritaba. Eso no estaba bien.

Pero me encantaba darme ciertos lujos.

Tomé apuntes de matemáticas con flojera de sobra y estaba por darme de topes contra mi libro.

Justin me miraba con diversión.
- Te ves del asco -se rio.

Wow, qué sincero.
No era necesario ponerse así. Digo, sí me veo del asco, ¡Pero no era necesario ponerse así!
Estúpido.

Aunque debía concederle la razón.
Mi cabello estaba despeinado y parecía como que la mismísima bomba atómica de Nagasaki me había explotado.
Mi cara iba al natural porque en la mañana no me quise dar el tiempo para ponerme por lo menos algo y no espantar al prójimo. Mi ropa no era muy linda, teniendo en cuenta de que era la mera definición de fachas.
No entendía.
¿¡Qué maldito problema había conmigo!?

- Cállate, imbécil -le solté sin pensarlo, era la sexta vez que lo llamaba así... en un día.

- Cálmate, Cruela. Era sólo un comentario -dijo volviendo su vista a su único libro sin estar repleto de dibujitos, todos los ejercicios contestados con sus respectivas fórmulas.

- Pues no fastidies con tus estúpidos comentarios.

- Arrhe, no saques las garras conmigo. ¿Acaso Shay no te calmó los nervios anoche?

Maldita sea.
Al diablo con el maldito Shay Robertson.
Ni un sólo mensaje, ni una sola llamada. No más que su cursi mensaje "Buen día, birdy. Te quiero" blah blah, si tanto me quisiera me hubiera preguntado mi día o algo.

¿O acaso fui yo el problema? ¿Fui muy cortante con él? Ay, maldición. Ahora yo me siento culpable.

Dejé caer mi cabeza contra el libro de matemáticas.

- Soy la peor novia de todas -exclamé agotada.

- Dijiste que no eran novios aún -me recordó.

- No lo somos, pero de todos modos soy la peor -gemí.

Escuché una regla estallar contra una mesa. Recé a dios que la maestra no me hubiera visto hablar.

- ¡Kepler! -exclamó.

Recé muy tarde.
Caracoles.

Levanté mi cabeza de la mesa. La miré a la distancia.

- ¿Acaso estás durmiendo en mi clase?

- Aunque estuviera, ya no lo estaría, porque el reglazo me despertó y estoy aquí hablando con usted -respondí.

Ay, dios bendito.
Hasta a la maestra le hablo con insolencia.

Maldito insecto, tiene toda la culpa. Hijo de toda su...

- Quiero ver tus avances -señaló.

Miré mi libro.
¿Avances?

Sen = Cateto opuesto / Hipotenusa.

Cos = Cateto adyacente / Hipotenusa.

Tang = Cateto opuesto / Cateto adyacente.

Repámpanos, no tenía ningún ejercicio resuelto.

La maestra comenzó a caminar hacia mí y en eso, Justin intercambió nuestros libros.