Capítulo Quince.

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Abby.

Aquella simple y mísera palabra casi ocasiona que me derrumbe por completo.

¿Cómo es que sucede algo así? ¿Fue el contexto? ¿Fue la estructura de la oración? ¿Fue la persona que lo dijo, o simplemente la forma en que lo dijo?

Quién sabe.
Pero eso no le quita lo especial.

- ¿Tú...? - me interrumpí. Mi vergüenza ahora mismo era infinita.

Mi corazón iba a mil, ¿cómo detenerlo ahora?

Me limpié la garganta, intenté dejar de lado los nervios.

Reí histérica.
Luego me callé.
¿Ahora que se supone que diga?

Respiré hondo.
Luego bajé la vista.

Después la subí.
- ¿Quieres ayudarme un poco? - murmuré con humor.

Él negó con la cabeza.
- No, me encanta verte así. Porque así actúan las personas a las que les dicen algo lindo, esas personas que para ellas son especiales. Si tú me dijeras algo así, me pondría ansioso como el demonio y moriría de vergüenza.

Abrí mi boca con sorpresa.
- ¿Y acaso crees que a mí no me pasa algo así?

- Depende, ¿soy especial para ti? - susurró.

Mordí mi labio inferior pensativa.

- ¿De qué modo especial? - susurré.

- Del que sea.

- ¿Especial como amigo? - sugerí risueña.

Él frunció el ceño.
- Menos ese.

- Me gustas, Shay. De verdad me gustas.

><

Bajé los escalones de mi casa hacia la sala.

Mi mente estaba nublada y mis sentidos sordos.

No pensaba de forma coherente. Estaba segura de que no importaba qué me preguntaran, respondería una idiotez como: ¡Patata! O algo más tonto.

- El primo Alberto - respondí a mi hermano sin escuchar que me preguntó.

Él frunció el ceño.
- Pero yo te pregunté qué comeríamos hoy...

Suspiré y me derrumbé en el sofá de la sala.

-Me da igual - dije como tonta enamorada.

Me sentía tan extraña, como en una sensación de nirvana.

Miraba corazones y estrellas por todas partes, estaba como drogada.

- ¿Estás bien? - dijo él divertido.

Le miré.
- Creo que sí, sólo me siento... rara.

Él puso los ojos en blanco.
- ¡Mamá! - llamó - ¡Abby está enamorada otra vez!

El rubor alcanzó toda mi cara y bajé la vista escondiéndome.

- No estoy enamorada... - murmuré intentando convencerme.

- ¿Ah no? ¿Y qué ha sido aquella plática? - me sonrió.

Mis mejillas se tornaron carmesí.

- No sé de qué hablas - me reí con nerviosismo.

Un correo me llegó y mi estómago se revolvió.

Shay:
Hey, ¿cuándo puedo volverte a ver?

Mordí mi labio superior pensativa.

Yo:
Me acabas de ver e.e espera a mañana.

Shay:
Deberías considerar mostrarte de cuerpo completo, ya sabes, para darme dulces sueños en las noches... ;)

Yo:
Pervertido :v

Shay:
Ugh, pensaba olvidarme pero es imposible. ¿¡Quién era el de la foto!?

Yo:
¿De qué hablas? ewe

Shay:
Quién era el de la foto, esa que te mandé...

Yo:
Es Justin, un buen amigo que conocí.

Shay:
No parecía ser sólo tu amigo >:(

Yo:
Maldición, deja de ser tan celoso. :'v

Shay:
No, eres mía.

Yo:
No está por escrito :v

Shay:
Tu corazón me pertenece :c

Yo:
Mi corazón le pertenece a mi novio :)

Shay:
¿Tienes novio? Agh, algo comono podría ser tan perfecto :/

Yo:
Ja ja ja, no tengo novio Shay. Si tuviera, ¿crees que estaría aquí?

Shay:
¿Qué harías si tuvieras?

Yo:
Ahora mismo estuviera besándolo como si él fuera aire y yo no pudiera respirar.

Shay:
Seamos novios *-* ♡

Yo:
Todavía soy escéptica, eso no lo cambias ni bromeando :v

Shay:
¡Sé mi novia, mujer! Si me dices que sí, ahora mismo me compro un boleto a Seattle y te secuestro. :3

Yo:
No, tendrás que ganártelo ;)

Shay:
No me gustan los retos, Kepler. Pero me gustas tú y haré lo que sea por tenerte.

Si fuera verdad. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora