Perder el control

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Capítulo 13

CALVIN

Y ahí estaba Ashlyn, en mitad del pasillo, solo con una toalla encima. Para ser más precisos mi toalla. 

Antes de decir nada tuve unos cuantos segundos para reflexionar acerca de esta situación. La hija del novio de mi madre, la cual era realmente atractiva, esta semidesnuda en el pasillo de mi casa. En situaciones como estas no hay mucho que hacer, las posibilidades se quedan en dos: puedes ser una persona decente y comprender que la pobre estaba pasando un mal trago intentando esconderse de cualquiera que pudiera pillarla en esa situación y dejarla irse sin decir nada o molestarla. No me consideraba mala persona, pero a decir verdad con Ashlyn me salía un lado pícaro. 

No me daba miedo admitir que era guapa, ese factor era importante para saber porque me comportaba así con ella. Desde el primer momento en que la vi me gusto. Obviamente no me gustaba ella, me gustaba la imagen que daba de ella. El físico no lo es todo, eso es verdad, pero al fin y al cabo es lo primero que ves en una persona y yo es en lo que me fijé. Era realmente atractiva. 

Siempre que la miraba, cuando ella no se daba cuenta, una voz en mi interior me gritaba que no hiciera nada. Su padre y mi madre estaban juntos, y si algo pasara entre nosotros seria demasiado raro para ellos. Aunque nadie tenia por qué enterarse, ella solo iba a estar un verano en California y ,si todo salía bien, cada uno seguiría con su vida en menos de tres meses. Pero la voz me seguía gritando que esos pensamientos eran muy perversos. Había que admitir que lo mejor para todos seria quedarme quieto y no dejarme llevar por las hormonas. 

Pero todo se desmoronaba cuando la veía. ¿Cómo se puede ser tan jodidamente guapa? Y lo era aun más cuando estaba avergonzada, como en ese instante. 

-¿No vas a decir nada?- le pregunté apoyado en el marco de la puerta del baño. 

Un silencio se adueño de la escena. Ella se mantenía paralizada delante de la puerta de la habitación de Madison y yo seguía con la mirada clavada en su espalda. Esta estaba medio descubierta. Unos cuantos mechones de su pelo rubio, mojado después de la ducha, se deslizaban encima de su piel pálida. La toalla se había caído un poco, mostrando poco a poco más centímetros de su espalda. Se le marcaba una fina linea en el costado por la que caían pequeñas gotas de agua. Mi mente de descontrolo y no pude evitar bajar la mirada cada vez más. Gracias al cielo Ashlyn despertó de su trance por lo que yo pude dejar de mirarle el culo, hipnotizado. 

-Dime por favor que estas tú solo- ella seguía con la mirada clavada en la puerta.  

-¿Escuchas a alguien más acaso?- volví a formular una pregunta de forma sarcástica, me apetecía entrar en un juego con ella. 

En ese momento se giró, y yo me volví a perder mirándola. 

Sus mejillas estaban rojas, pero no lograban eclipsar sus ojos azules. Esos grandes ojos que vagaban con rapidez por todo el pasillo en busca de alguien que presenciara, a parte de mí, esa vergonzosa pero excitante situación. Algunos mechones estaban colocados detrás de su oreja, pero otros más rebeldes se posicionaban delante de su rostro. Su manos aguantabas la toalla con firmeza. En un acto de desesperación paso la lengua por sus labios para humedecerlos para, acto seguido, morderse su labio inferior. 

Mantuve mi mirada fija en su boca, y por un minuto mi cuerpo quería controlarme y acercarme bruscamente hacia ella, agarrándola del cuello para atraerla hacia mí y besar sus labios de manera desenfrenada. Quería enredar mis manos en su cobrizo pelo, agarrarlo con fuerza y jugar con él al ritmo de mis labios. Besar su cuello, bajar poco a poco y deshacerme por fin de la maldita toalla que me impedía admirar su cuerpo al completo. Deseaba mirarla y ver el deseo en sus ojos, el permiso para poder hacer de ese momento una experiencia casi perfecta. 

Calvin *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora