Calvin *EDITANDO*

Cuarta parte

Capítulo 41

-Es todo mi culpa. Si no hubiera distraído a Calvin...- digo sin poder aguantar las lágrimas

-Ashlyn, no fue tu culpa. Estaba todo muy oscuro y para empeorar todo la carretera estaba mojada-

-Da igual, solo quiero verlo-

Para poder entender esto, otra vez tendremos que retroceder unas... 5 horas.

Cinco horas antes.

-Entonces... ¿estáis juntos?- pregunta Calvin a mi lado sin dejar de engullir su hamburguesa.

Madison y Mark se miran, esa mirada podía transmitir muchos mensajes. Se gustan, eso es evidente, pero tienen miedo. ¿Cómo lo sé? Porque yo también lo tengo. Miedo por lo que pase, por el compromiso... Miedo al futuro.

-Si, bueno... Nos gustamos. Vamos a esperar a ver qué pasa y después pues ya diremos.- dice Mark sin dejar de mirar a mi amiga.

-¿Envidia?- dice Calvin cerca de mi oreja produciendo una larga ráfaga de calor y electricidad.

-¿A ellos?- asiente- Que va-

-Me tienes a mí- dice sonriendo como un niño pequeño.

-Y tú a tu hamburguesa-

-Ella nunca me fallara-

-Cuando se acabe, o mejor dicho, cuando la acabes- Calvin se sorprende y pega su mano a su pecho.

-No digas esas cosas. No tienes corazón-

Yo le sonrió y para acabar la discusión me como un trocito de su hamburguesa ("era muy grande, que no mienta" Calvin) y le doy un beso cerca de la boca.

-¿Nos vamos ya pareja?- dice Mark picando.

-Vamos-

Salimos de la cafetería, no sin antes pagar y nos dirigimos al coche de Calvin.

-¿Puedo conducir yo?- dice Mark.

Mark hacia poco que se había sacado el carnet de conducir, por lo que me dijo Calvin, por ese motivo no confiaba mucho en Mark. Calvin se preocupaba mucho por Mark, eran como hermanos, no soportaría verlo mal. Y por eso no le deja el coche.

-No-dice Calvin decidido a entrar en el coche, pero Mark le detiene.

-Por favor. No le haré nada- promete Mark

-No. Además, mientras estábamos ahí dentro sorprendentemente, llovió y no me voy a arriesgar a que pase algo.-

-Como quieras, papá- dice Mark entrando en la parte del copiloto.

Calvin arranca el coche y ponemos rumbo a casa.

-Tío, enciende las luces- dice Mark

Calvin hace lo que dice y no deja de mirar a la carretera.

-Calvin- lo llamo

-¿Si?-

-¿Tú me enseñarías a hacer surf?-

Siempre he querido hacer surf, me encantaría hacerlo y si, además, tengo un profesor buenorro, mejor.

-No estoy seguro- dice serio, yo me acerco a él y le pongo cara de pena.

-Por favor-

-vale venga-

-¡Bien!- digo separándome y apoyándome en el respaldo del asiento.

El coche se inunda en un sonoro silencio, que duraría poco.

-¡CALVIN!- grita Mark

En ese momento todo pasa como en una película, a cámara lenta. El coche resbala y Calvin intenta volver a la carretera pero un coche viene en nuestra dirección y le da a la parte del conductor, la parte de Calvin. Antes de ver cómo ese coche se estampa contra el nuestro, Calvin me mira, una mirada llena de sentimientos, sentimientos que puede que no sepa exactamente cuáles eran.

-Familiares de...- No dejo acabar al doctor y me acerco a él.

-Soy yo. ¿cómo está?- digo temblando

-Lo siento mucho señorita-

La mente de Ashlyn se pierde en un inmenso abismo. Todo se formó negro y lo único que pasaba por su mente eran las sabias palabras de su abuela "no sabes cuánto quieres algo, hasta que lo pierdes" . Y era verdad. Ashlyn quería a Calvin, pero ya era demasiado tarde.