Vaya por dios

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Capitulo 3


Los siguientes días me los pasé encerrada en mi pequeña habitación, saliendo solo para coger comida y poco más. Mi madre había intentado hablar conmigo, al igual que John, pero yo no cedía. Necesitaba mi espacio.

En esos días encerrada me pare a pensar mucho sobre lo sucedido con "mi padre" y sobre el viaje a California. No quería ir, tenía aquí mi vida, mis amigas y mi familia. Aunque solo fuera un verano, quería estar aquí.

Decidí por fin salir de mi habitación, que por unos días se había convertido en mi búnker de supervivencia.

Di unos pasos hasta la puerta, decidida cogí el pomo y lo gire abriéndola con cuidado para no llamar la atención, pero con la mala suerte de encontrarme con Jonh.

-Vaya por dios- susurré sin que el me escuchara.

-Por fin has salido, ¿que tal? ¿mejor?- Jonh siempre tan amable hasta en los peores momentos, era el padre que nunca había tenido al fin y al cabo.

-Bien, ¿y mamá?- pregunte con la cabeza fijamente en el suelo como si no hubiera ocurrido nada.

-Bueno...-

Esa frase no me gusto nada, ya había visto más de una vez a mi madre mal, pero no por mí. Esta situación no me gustaba, era incomoda y triste.

En ese momento suena el timbre y Jonh va a abrir la puerta. Cuando la abre veo la figura de un hombre alto y fuerte. Me quede apoyada en el umbral de la cocina, encogida, con miedo de lo que pudiera pasar. El hombre habló y aunque en mi cabeza ya sabía quién era desde que vi su gran figura, me sorprendió de todas formas. Era mi padre biológico.

John ,fiel a su hospitalidad y bondad congénita, lo deja pasar dentro de casa. Cuando entra posa su mirada en la mía, tenia esos ojos verdes que me habían mirado por ultima vez hacia  muchos años. Unos ojos sin pizca de brillo, y menos de sentimientos, o al menos era así como los recordaba. Tenía que ser fuerte, ya era mayor, o al menos más desde que se fue de casa.

-Hola Ashlyn- me saludo intentando poner una sonrisa en su rostro, sin conseguirlo.

-Hola- salude manteniendo el "duelo de miradas" que manteníamos. No me iba a hacer más pequeña con su mirada, ya no.

Mi madre apareció de la nada y se acercó a hablar con mi padre. Se fueron al salón, John les intentó seguir pero mi madre le detuvo mirando hacia mi y después posando su mirada en el otra vez.

¿Qué estaba pasando?

*********************

Estuvieron hablando alrededor de 1 hora que para mi equivalieron a 5 . No me gusta esperar, me pone de los nervios, más si John esta dando vueltas por la casa y mordiéndose las uñas. Llevaba sin hacerlo desde que le convencimos para que dejara de fumar. Las primeras semanas pagó sus ganas de coger un cigarrillo con sus uñas. Después lo fue sustituyendo por la comida, por eso ahora, tras leerse más de diez libros de cocina, es el cocinero oficial de esta casa.

Cuando por fin salieron se dirigieron a mi rápidamente. Llevaba un buen rato en la planta baja, sentada en mi silla de la cocina, mirando a la nada, aunque de vez en cuando movía mi mirada hacia John para intentar descifrar que le estaría pasando por la cabeza, sin éxito alguno. 

-Ashlyn sé que es duro para ti pero tienes que irte con tu padre- dijo mi madre con voz firme pero con una mirada que desprendía tristeza. 

Charlie, alias mi padre, dio un paso a delante para ponerse al lado de mi madre, lo que hizo tensar a John, que se encontraba atento a la situación un tanto "apartado". Nunca lo había visto tan raro y eso me producía más miedo, si era posible. 

Charlie comenzó a hablar:

-Hija, es solo un verano...-

-No me llames hija- escupí mirando al suelo. Error. Me habría encantado ver su cara, pero mi orgullo me lo impedía. 

-En California se encuentra mi vida, Ashlyn, tengo una esposa allí y...-

-Espera, espera, espera... ¿Me estás queriendo decir que tengo que vivir bajo el mismo techo que tú y tu nueva mujer?- me levante con enfado y mirándolo desafiante.

-No te gustara la idea, pero quieras o no te vas a venir. Soy tu padre y tengo derecho a estar contigo- Charlie también se había acercado.

-Ese derecho lo perdiste hace mucho, ¿no crees?-

-Puede, pero ahora es momento de intentar recuperarlo-

-Inténtalo, yo ya tengo claro como va a acabar este experimento- 

******************

Después de todo lo ocurrido subí a mi habitación e intente despejar mi mente, y ya que los libros no lo conseguían, mande un mensaje por el grupo que teníamos Madison, Layla y yo.

Ashlyn: Tengo que contaros algo, mejor quedamos, ¿os parece?

Layla: Vale, ¿a que hora?

Madison: A las 5:30 en la cafeteria de siempre.

Ashlyn: Perfecto, nos vemos luego.

Me acerqué al espejo colocado en una de las puertas de mi armario y miré como estaba vestida. El conjunto de ropa deportiva que había decidido usar durante todos estos días encerrada en mi habitación no era el mejor de todo mi armario. Probablemente fuera el más cómodo sin duda, pero la apariencia de perro salvaje que tenia en ese momento dejaba mucho que desear. 

Tardé media hora en arreglarme, más de lo planeado. Entre la ducha, que se alargó debido a lo cómoda que estaba bajo el grifo de la bañera, y lo que me costo elegir un conjunto, salí de casa  corriendo hasta la cafetería intentando no llegar tarde, sin éxito ya que Madison y Layla ya estaban sentadas.

Les sonreí y me acerqué a ellas. El camarero se acercó a nosotras y pedimos lo mismo de siempre.

-¿Nos vas a contar ya lo que ha pasado?- pregunto Layla curiosa.

Madison le dio un pequeño golpe en el brazo a lo que ella respondió con una cara amenazante.

Empecé a contarles todo. Charlie, mi madre, la nueva mujer de mi querido padre biológico y el maldito viaje a California.

En el fondo, mientras narraba a mis amigas todo lo sucedido en los últimos días, un miedo seguía presente en mi cuerpo. Tenía miedo de volver a vivir con el, de volver a vivir el tormento de hace unos cuantos años.

****************

Llegue a mi casa temprano, subí las escaleras lo más rápido posible para no ver a nadie. Tampoco tenía ganas de comer, así que decidí meterme en cama y dormir toda la noche, olvidándome de todo.

Una pequeña luz entraba ya por la ventana cuando oí un ruido proveniente de la entrada de mi habitación. Todas mis alertas saltaron y mi cuerpo solo pudo responder de una manera: quedándome estática.

Decidí abrir los ojos y mirar donde había escuchado el ruido. Al lado de la puerta vi la figura de una mujer de pelo largo y lo único que pude decir fue:

-¿Madison?-

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Editado!

Calvin *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora