Misión: huir de Jules

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 —¿Obtuviste su autógrafo y fotografía? —pregunto. Escucho la risa de Ulises.

—Autógrafo solamente —saca una hojita—. Al no tener donde firmar, él me regalo un ticket de compra, luego por detrás escribió su nombre con mi labial, ya que no encontramos pluma y ¡Gualá!

Me muestra el autógrafo del actor a color rojo.

—Asombroso —felicito a mi prima—. Apuesto a que te dio su ticket firmado con tal y que te fueras.

—Calla —me espeta guardando el papel—. Y sí. Lo sé.

—Hay algo más importante, Melanie. Jules está aquí.

—¿El hobbit? ¿Por qué?

—Imagen pública, dinero, fama para él, deshacerse del chico... las razones sobran —habla Ulises.

—¿Le importa nada que Brayden este secuestrado?

—Al parecer —contesto encogiéndome de hombros.

—Creí que estaba desaparecido, no secuestrado —comenta Ulises con mirada confundida.

—Sí, sí —se apresura a decir Melanie—. Desaparecido quise decir.

Por poco y mi prima arruina todo. Le echo una mirada molesta.

—Perdón —articula con los labios. Niego con la cabeza.

—Lamento entrometerme, pero... ¿Por qué les preocupa que Jules este en la fiesta?

Fuimos demasiado obvias.

—Ah —vacilo porque no sé qué contestar. Las escusas escapan de mi mente y me quedo en blanco. Los planes se agotan, comienzo a sudar.

—En un pasado, tuvimos problemas con él.

—¿Malos? —Ulises murmura como si estuviéramos compartiendo secretos.

—Malos —asiente Melanie.

Tan malos como colarse en el set sin autorización y acosar a su actor estrella o como hacerle perder la conciencia para deshacerse de él.

—Sí. Malos —concuerdo con mi prima.

—Bien. Me uno a su club de Anti-Jules —bromea Ulises—. Si me disculpan necesito ir al baño.

—Claro.

El director se levanta tan rápido como puede y corre (literalmente) al escusado.

—Yaquelín, estamos en problemas. ¿Se te ocurre un plan para esto? ¿Qué hacemos?

—Estoy pensando, tranquila. Seguro no se acurda de ti...

—Quizás.

—... pero seguro de mí sí. Hará preguntas. Querrá saber lo que conozco sobre el paradero de Brayden. Me acusará.

—Eso ya lo sé. Idealicemos un plan que nos ayude a escapar, no uno donde acabamos en prisión.

Miro a mi alrededor. Por desgracia, solo hay una puerta por donde salir del lugar, aún llena de paparazzi. Ciertos artistas bailan, unos cuantos platican en el bar mientras otros, como Jules, se quedan cerca del DJ. ¿Por qué? No lo sé y no quiero saberlo.

—Su atención, por favor. Su atención, por favor —una áspera voz llama a todos en la sala, interrumpiendo mis pensamientos.

—Hoy daremos gracias a todos los presentes por su gran caridad y apoyo a esta noble causa de buen corazón que ampara a los niños. Sin ustedes no se construiría un lugar mejor en donde todos los ciudadanos opten por dar en vez de recibir. Agradecemos de antemano su gran donación y aprovechando la oportunidad, queremos unirnos en oración por la desaparición de un increíble y generoso muchacho: Brayden West, quien año tras año aporta su dinero por los más necesitados. Estamos con sus familiares y esperamos que pronto lo encuentren. En el nombre de la fundación, quedamos a su disposición y agradecemos, de nuevo, su apoyo incondicional. Que pasen buenas noches y buena vida.

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