Capítulo 22. Planes y presentimientos.

5.7K 340 12
                                    


P.O.V. Pansy Parkinson.

El plan para unir a Hermione y a Draco se me hacía una buena idea, bueno... en su mayoría, pero no había certeza de que nuestro plan funcionaría como lo habíamos planeado, teníamos muchos problemas que enfrentar, como Draco quien no era alguien fácil de leer e incluso hacia cosas que nadie esperaba, en los momentos más insospechados, lo cual nos causaría un gran problema para saber que haría, solo espero que él no se moleste con nosotros.

Draco estaba sentado mirando la chimenea con aire pensativo, llevaba demasiado tiempo en la misma posición, pero nadie lo interrumpía, quería hablar con él, pero faltando tan poco para la cena sabía que era casi imposible, pues Draco no solía hablar de temas personales en el gran comedor, era demasiado peligroso, así que me arme de valor y me acerque a su lado, interrumpiendo sus pensamientos.

–Draco... ¿Podemos hablar? –le pedí algo nerviosa.

–Claro ¿Qué sucede? -pregunto sin mirarme.

–Bueno, estuve pensando en el contrato de matrimonio y... me paso algo por la mente –trate de no sonar ansiosa, pero no estaba segura de haberlo logrado.

– ¿Qué cosa? –pregunto nervioso. ¡Diablos!, soy pésima engañándolo.

–Bueno la razón por la que yo quería romper el contrato era porque creía estar enamorada de Theo, pero ¿Y tú?

–Bueno te quería ver a ti feliz –dijo algo tenso, lo que me hizo pensar que era una verdad a medias.

–Pero ahora ¿Qué razones tenemos para romper el contrato? -pregunte evitando su mirada

– ¿No quieres anular el contrato? –pregunto algo asombrado, y porque negarlo molesto.

–Claro que sí, pero ¿Cuál es tu razón ahora? –pregunte ansiosa, necesitaba una respuesta que me confirmará, que lo que hacía era correcto.

–Yo... ¡Alto!, Theo te envió ¿No es así?, es increíble –se levantó molesto del sillón y me miró con reproche.

–Draco, solo pregunte, no sé qué diablos tiene que ver Theo en todo esto –trate de defenderme, pero no sabía si lo estaba logrando.

–Confió en ti –dijo serio y su mirada me perforó.

–Lo sé... bueno vamos a cenar –cambie de tema al notar que no conseguiría nada, ya había presionado suficiente y si seguía insistiendo no lograría nada.

–Claro vamos -dijo un poco relajado, pero sin apartar su penetrante mirada de mí.

Maldito plan funciona, pedí para mis adentros, al ver que no conseguía nada de Draco.

P.O.V. Hermione Granger.

Las palabras de Draco se repiten una y otra vez en mi cabeza, sin cesar, mareándome hasta dejarme hecha polvo.


Una sangre sucia.

Una sangre sucia.

Una sangre sucia.

Sangre sucia.

Sangre sucia.


Esas palabras me estaban volviendo loca, resonaban en mi mente como un eco, no podía creer cuanto me había afectado, creí que estaba bien, pero el saber que lo había dicho calaba en mi alma, lo único que me animaba por instantes, era saber que Draco no lo hacía por gusto, eso y que humillo aún más a Ronald que a mí.

Pero lo que ahora necesitaba no era desplazar mi dolor, era escuchar en persona y de la boca de Draco salir una disculpa, aunque sabía que en realidad él no quería dañarme con esas palabras, pero lo había hecho y muy profundo, no sabía porque pero necesitaba saber que él no pensaba eso de mí, esta sensación era desesperante y comencé a alterarme, respire profundo un par de veces y me calme, este año estaba siendo sumamente desesperante y no sabía cuánto más resistiría.

Hoy en la cena tuve que pasarla con Ron y su insoportable hermana, tal parece Harry cumplía hoy su castigo, Ronald me veía molesto, como queriéndome decir algo, pero se quedaba callado, en cambio Ginevra me veía como si le hubiera quitado algo que le pertenecía.

Ignore a ambos durante toda la cena, entonces comencé a sentir un escalofrío, la sensación de ser observada se volvía mayor, esa sensación comenzó a causarme miedo, algo dentro de mí, en lo más profundo de mi ser, me gritaba peligro, pero la voz de Ronald me distrajo de todas esas sensaciones que me estaban atormentando.

–Buscaré a Harry ya se tardó –dijo levantándose causando mucho ruido.

–Te acompaño, no creo que quieras hablar con Lockhard –dije al ver su expresión de molestia porque lo acompañará.

–Está bien, vamos –dijo molesto, pero al menos no evito que lo acompañara, aunque me hubiera dado igual que dijera que no.

Encontramos a Harry y dijo que escuchó una voz y que quería matara a alguien, entonces me puse más tensa, pensé que eran alucinaciones mías, estrés por todo lo ocurrido durante lo que llevábamos del año, pero no, de verdad había algo por ahí, después de seguir a Harry encontramos en una pared un escrito.


La cámara de los secretos ha sido abierta, enemigos de heredero temed.


Estaba escrito con sangre y justo a un lado, colgando de la cola en una antorcha estaba la gata Filch, la señora Norris, totalmente tiesa, como si estuviera muerta.

Luego de ver eso todos los alumnos y maestros salieron del gran comedor y nos vieron frente a la pared y la gata, esto no era nada bueno.

Después de que nos dejaron ir de ahí, claro, después de interrogarnos sobre nuestras acciones y como terminamos ahí; sentí que la noche se hacía eterna, no podía dormir, en mi mente solo había espacio para el miedo que sentí al ver a la gata de Filch y el dolor al escuchar las palabras de Draco, pero de la nada un pensamiento se abrió paso en mi mente ¿Que es la cámara de los secretos? Entonces decidí que buscaría que era la cámara de los secretos para distraerme, era una manera de alejar todo, como había aprendido hace años, los libros nos quitan todo el peso y nos dejan ser libres unos instantes.

Estupido y loco amor (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora