Capitulo 27: Conociendo al nuevo

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Contado por Israel

Alek continuaba arrojándome encantamientos que si no me equivoco era hechizos asesinos que si bien no pueden matar a un vampiro si lo dejan inconsciente.

Esto me dificultaba las cosas porque no podría regresarselos a menos de que quisiera matarlo.

Se me ocurrió algo y lance un hechizo que hizo que el lugar se llenara de humo y aproveché su falta de visión para correr hacia él y hacerlo chocar con la pared aunque me aseguré de no hacerlo tan fuerte.

"Cola de rata, pelo de conejo angora... que olvides lo que ocurrió durante la última media hora"

Salí corriendo del lugar a toda velocidad justo cuando hice el hechizo, asegurándome que no me viera. Ni siquiera me molesté en ver si pasó el efecto del hechizo que usó en Justin. Ahora si era definitivo, no volvería a dirigirle la palabra así lo necesite para que se cumpla la estúpida profecía.

Llegué al pasillo donde están las bolas de cristal y al tocar una aparecí en mi habitación. Me quité el uniforme, el cual estaba desgarrado a causa de la pelea. Me recosté en mi cama y no pensaba salir de aquí por el momento.

Me sentía fatal, físicamente me había recuperado sin embargo lo que sentía era mas bien emocional, unas intensas ganas de llorar pero Justin no merece ni siquiera eso.

Estuve durante un par de horas recostado en mi cama sin querer hacer nada, pero después tomé algunos libros y comencé el trabajo que nos dejó la profesora Jones. Decidí darme un baño y salí de mi habitación una vez que mi reloj marcaba pasado de las ocho de la noche.

Me dirigía hacía el pasillo donde es la entrada de la casa de Leo para ver si lo encontraba por ahí. Tenía mi varita en la mano lista para hacer cualquier hechizo porque de encontrarme con Justin no dudaría en hacerlo.

Pasé por el lugar donde peleamos y afortunadamente no se notaba que hubo una pelea por aquí, solo en las paredes y en el suelo había algunas marcas por los golpes y esas cosas.

Después de caminar durante un par de minutos llegue pero desafortunadamente no me encontré a Leo, por lo cual decidí ir a buscarlo en la biblioteca.

Antes de llegar a ella me encontré con Alek. Solo me sonrió cuando me vio y siguió su camino, yo tambien seguí caminando sin tomarle importancia y llegué a la biblioteca. Efectavemente, dentro de ella se encontraba Leo acompañado de Davina y Kelly.

-Pero miren quien llegó -dijo Davina- Está bien llegar unos minutos tarde, pero seis horas.

-Lo siento -dije sin ánimos.

-No importa, Leo nos ayudó un poco -habló Kelly- ¿Te sucede algo?

Negué con la cabeza.

-Está bien, como digas. Nosotras ya nos tenemos que ir porque no tenemos permiso para estar de noche y después nos dejarán fuera de nuestra casa -dijo Kelly levantándose del sitio donde estaba sentada y tomando algunas hojas de la mesa.

Ella y Davina se marcharon y me senté en el lugar donde se encontraban ellas.

-Discutieron tu y Justin ¿cierto? -habló Leo después de un momento en el que no me apetecía hablar. Podría mentirle negándoselo pero que caso tendría hacerlo.

-¿Como no sabes?

-No se -encogió sus hombros- Creo que por el estado en el que bienes y que no te apareciste en toda la tarde al igual que Justin.

No contesté nada. En este momento sentía una montaña rusa de emociones en la cual predominaba la tristeza y el enojo.

-No resisto verte así -dijo al momento que se levantaba de su silla y comenzaba a caminar en círculos.

III: El secreto del hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora