Contado por Israel
-Alguien pida ayuda -dijo Alek avanzando hacia Justin y yo también lo hice. Lo extraño era que pude pasar sin ninguna dificultad y lo movimos sacándolo de ahí.
Escuchaba a Davina gritar por ayuda pero me sentía aturdido.
-Por qué nadie viene a ayudarnos -se quejó.
-Seguramente me meteré en problemas por esto -dijo Leo sacando su varita y apuntó hacia un objeto que se exhibía, pronunció un hechizo y de la varita salió un rayo haciéndolo volar en mil pedazos y una alarma comenzó a sonar por lo que aparecieron docenas de guardias.
-Que han...
-No tenemos tiempo para sus estupideces, necesitamos ayuda -gritó Davina histérica señalando a Justin.
El guardia parecía confundido pero después habló por su radio y al instante aparecieron médicos mágicos según creo.
-Apartense todos -nos dijeron acercándose con una camilla y colocando a Justin sobre ella.
-¿A donde lo llevarán? -hablé por fin.
-No podemos llevarlo a algún hospital, tendremos que llevarlo a la escuela y de ahí ellos se encargarán.
Los doctores, paramedicos o lo que sean agitaron su varita y desaparecieron.
-Esperen. Queremos ir con...
Ya era demasiado tarde, habían desaparecido.
-¿Qué fue lo que sucedió? -nos preguntó el guardia.
-No lo sabemos -contestó Alek- Él simplemente no podía pasar, como si hubiera una pared invisible en la puerta que le prohibiera el paso, pero una vez que pudo hacerlo simplemente se puso mal parecía como que estuviera sufriendo de dolor y después cayó al suelo inconsciente.
-¿Así como así?¿De la nada? -asentimos con la cabeza ante su pregunta- Cierren las puertas del museo, nadie entrará o saldrá hasta que sepamos que sucedió con el chico -habló por su radio.
El señor avanzó con precaución y entró, sin embargo no le sucedió nada. Susurró algunos hechizos pero no sucedió nada.
-¿Y que sucedió con la pieza en exhibición? -preguntó.
-Lo destruir para llamar la atención -respondió Leo pero al parecer no le importó porque lo ignoró.
-Esto es muy extraño -dijo el guardia- No hay rastro de ningún hechizo. Esperen aquí, no quiero que hagan nada.
Salió de prisa de aquí y se perdió al doblar una esquina.
-¿A donde vas? -preguntó Leo al ver que avanzaba y atravesaba por esa puerta- Dijo que no nos moviéramos de aquí.
No le presté atención y continué. Extrañamente no me sucedió nada. Si a Justin le hubiera sucedido por ser vampiro, también tendría que sucederme a mi.
Entré mas allá para ver que mas podría haber sido y los demás me siguieron. Solo había una exhibición aquí. Se trataba de una figura de cera con las ropas antiguas; justo en el pecho, donde se supone que va el corazón había un hueco y dentro de él había un pequeño frasco que parecía contener sangre.
Al lado de la figura de cera había un gran libro de hechizos y una varita detrás de un cristal, pero de todo lo que mas me sorprendió fue la foto.
No podía evitar encontrar un gran parecido a mi, tal vez no eramos idénticos pero definitivamente era extraño y daba miedo. No fue hasta que leí el nombre que todo cobró un poco mas de sentido.
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III: El secreto del hechicero
AcakDespués de lograr sobrevivir a la guerra de los ángeles, los protagonistas Justin e Israel tendrán un nuevo problema, ir a la escuela. Pero no es una escuela normal si no una escuela de hechiceros. Ahí encontraran otros problemas con los cuales lidi...