Capítulo 19: Coqueteo

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Contado por Justin

Ahora tenía mas cosas de que preocuparme, entre ellas el vampiro que nos siguió y que mi varita sea un artefacto oscuro de dos mil años que lastima al chico que amo.

-Israel - le gritó Davina sacandome de mis pensamientos y al parecer él estaba igual que yo- Sabes que no me gusta que me ignoren.

-Si... Lo siento ¿Qué me dijiste?

-Te pregunté si no olvidaste el disfraz de Justin -negó con la cabeza.

-Me alegra. Recuerden que no hay cambios, el disfraz que se les sea asignado, deben de usarlo si o si aunque yo misma los obligue a entrar en él.

-No se porque siento que me arrepentiré de esto de algún día -dijo Leo haciendo que en el rostro de Davina se dibujara una sonrisa malvada.

-No te preocupes, no fui demasiado cruel con tu disfraz.

-Eso espero... O genial, nos acercamos al barranco -dijo Leo cerrando los ojos y abrazándose de Israel.

-Creí que ya lo habías superado -le dije.

-Claro que no, cuando salimos de la escuela recuerda que temblaba como un chihuahua y ni siquiera se asomaba por la ventana...

-Y sin mencionar que ahora es una caída libre de algunos metros mientras se transforma en el carruaje -interrumpió Leo a Davina.

-¿Como hiciste la ultima vez? -preguntó.

-El conductor me hechizo para dejarme...

Quedó inconsciente cuando Davina le hizo un hechizo.

-Por qué hiciste eso -dijo Israel.

-Ni te alteres que fue lo mejor, no quiero arriesgarme a que se nos infarte. Pero supongo que te molesta porque te tenía fuertemente abrazado -dijo eso último con la intención de molestar.

-Que graciosa -le respondió con sarcasmo.

-Leo, eres un baboso -habló Davina algunos minutos despues una vez que despertó de su hechizo.

-¿Y ahora por que me insultas? -preguntó.

-No es un insulto, es literal, observa el brazo de Israel en el cual dormiste -apesar de que me había dado cuenta no quería decirlo pero Davina era lógico que lo haría, Leo volteo a ver a su brazo- lo vez, eres un baboso.

-No quiero decir que tiene razón pero la tiene -dije por lo cual Israel me fulminó con la mirada.

-Lo lamento tanto Israel -se disculpó Leo sacando una servilleta y comenzó a limpiarlo.

-No te preocupes, no fue nada -le respondió él.

-Claro Leo, a él no le importa -comenzó a hablar Davina la cual jamás puede guardar silencio- Al fin que cuando se besan queda tu saliba en su boca.

Ok, sus bromas sobre ellos dos ya comenzaban a molestarme, no podía decir de Israel conmigo o incluso aceptaría que haga bromas de Leo conmigo, pero no. Siempre tiene que involucrarlos a ellos.

No podía decirle que dejara de hacer eso, pues le encanta fastidiar y ellos se incomodan demasiado cada que hace ese tipo de comentarios. Sin mencionar que quedaría como un celoso frente a ella, aunque si lo estoy.

-¿Qué sucede? Acaso acerté con lo que dije.

-Davina ya basta -dije irritado y por suerte atravesamos el portal para llegar al valle.

Todos dejamos de hablar hasta que aterrizamos. Deje a los demas y me fui a mi habitación pues estaba molesto.

No se si por las tonterías que decía Davina o por miedo a que esas tonterías sean ciertas, porque es verdad que ambos pasan demasiado tiempo juntos.

III: El secreto del hechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora