Multimedia: You lost me - Christina Aguilera
"Soy una tonta. Soy una tonta".
Elizabeth no paraba de decirse eso mientras corría a cambiarse de ropa y coger sus cosas para ir tras Damon y evitar que cometiera una locura. Ya sabía lo impulsivo que se volvía con los celos y si se le añadía la furia ciega de macho traicionado, no quería saber ni ver el resultado. Había sido una tonta más que se había prestado a su tonta treta. No tenía que haberles seguido la corriente. Ahora mismo Scott podría estar tirado en su casa con múltiples golpes. Se estremeció y justo cuando cogía su bolso se escuchó el timbre de la puerta. Frunciendo el ceño de impaciencia fue a abrir.
-No tengo tiempo para...
-Pues haz tiempo-gruñó un furioso Damon precipitándose dentro y dejando a Elizabeth estupefacta.
Se volvió a mirarlo y lo observo inquieto mientras investigaba el lugar.
"Quizá buscando pruebas de mi infidelidad, como un marido traicionado."
-Veo que has desistido de ir tras Scott-dijo y se dio cuenta del error que cometió al hacer tal pregunta ya que como un cazador al acecho la miró lenta y fijamente.
-Así que estabas preocupada por tu amante-dijo suavemente mientras la observaba de arriba abajo-. Hasta ibas a salir para ir a salvarlo. Que tierno.
Elizabeth tragó saliva con dificultad al escucharlo hablar entre dientes y con una furia apenas disimulada.
-Damon, déjame que...
-¡No! No me puedo creer que hayas llegado tan lejos solo para hacerme daño, por una estúpida venganza. Nunca te creí capaz de una acción tan cruel.
-Damon, ¿realmente me crees capaz de una cosa así? ¿De acostarme con otro solo por vengarme de ti y hacerte daño?-preguntó Elizabeth sorprendida y a la vez herida.
-¡Sí! ¡Te acostaste con él, maldita sea!-gritó fuera de sí-. ¡No te vasto tener citas con él y verme sufrir mientras las tenías, ni tampoco cada vez que te pedía otra oportunidad! ¡Maldita sea, me has tenido detrás de ti como un perro, humillándome cada vez que me dabas las espalda! ¡Dime, ¿no fue suficiente eso que también tenías que acostarte con él?!
Elizabeth lo observaba con los ojos desorbitados por la sorpresa. Viendo el daño que le había hecho al rechazarlo con sus desplantes.
-Dios mío, Damon, yo nunca te quise hacer daño.
Damon la observó durante un segundo con los ojos rojos y al instante dejó salir una risa cruel que no le gustó.
-Mientes. Desde el principio quisiste vengarte por lo que hice en París. Desde entonces por muchas disculpas o súplicas que te hiciera, tú hacías oídos y corazón sordos porque querías que sufriera lo mismo o más de lo que te hice sufrir yo a ti. Estoy seguro que nunca pensaste en perdonarme.
-Eso no es verdad-dijo mientras dejaba escapar las lágrimas que estaba intentando contener-. Es verdad que al principio se me pasó por la cabeza querer vengarme de alguna manera de ti pero después desistí y me propuse olvidarte porque creí que no merecía seguir sufriendo por la misma causa. Quizá esa fuera mi venganza, conseguir olvidar lo que me habías hecho y conseguir sacarte de mi corazón.
-Pues lo conseguiste.
-No, no lo hice. Sé que fui una tonta y soy culpable por lo que dije por teléfono. Scott y yo...
-¡Calla! No quiero saberlo-la interrumpió furioso mientras se acercaba rápidamente a ella y la cogía de los brazos-. ¡No quiero ningún maldito detalle!
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Un Amor Imprevisto(En Edición)
RomanceDamon Andreus Thalassinos era un hombre poderoso que creía con arrogancia que todo tenía un precio, incluido las personas. Solo sabía que tenía que desear algo y con su poder y dinero lo tendría pero no contaba con conocer a Elizabeth Miller. Una mu...