- ¡Estúpido! ¡Cabezón! -decía Elizabeth mientras caminaba hacia el salón, donde encontró a Anthea y Dana que se levantaron rápidamente del sofá en cuanto la vieron.
- ¿Qué pasó? ¿Despertó? -preguntó Anthea alterada.
-Sí, ya despertó. Parece que ya se siente mejor porque ya tiene la suficiente fuerza para echarme de nuevo de su lado-respondió Elizabeth entre dientes.
- ¡Ays, este primito mío no cambia! -exclamó Dana con una sonrisa.
- ¿Qué ocurrió? -preguntó Anthea, preocupada.
Elizabeth suspiró y se sentó en el sofá entre ambas hermanas.
-Ahora, el hombre cromañón en el que se ha convertido vuestro primo, se ha empeñado a que por un error que cometió ayer nos olvidemos el uno del otro. Y por mucho que le dije que fue un error provocado por todo lo que nos hemos hecho y que podemos resolverlo, no quiere cambiar de opinión. El muy cabezota quiere que me aleje definitivamente de él y lo odie de por vida.
Dana y Anthea se miraron extrañadas.
-Pero, ayer mismo por la mañana nos dijo que iba a seguir luchando por ti y que nadie lo iba a hacer cambiar de opinión, no siquiera tú-dijo Anthea con el ceño fruncido.
- ¿Tan grave fue el error que ha cometido, Elizabeth? -preguntó Dana-. Porque Damon tiene algunas convicciones muy fijas.
Elizabeth las miró nerviosa.
-Veréis, ese error que cometió... En su momento me pareció muy grave, demasiado, tanto que le dije que se fuera porque no quería tenerlo cerca, pero todo lo que le dije fue motivado por el shock que me causó. Me asusté y si soy sincera conmigo misma he de decir que por un momento le tuve pavor.
Dana y Anthea la miraron preocupadas.
- ¿Qué fue lo que hizo, Elizabeth? – preguntó Dana.
Elizabeth se mordió el labio mientras sentía como se le empañaba la mirada.
-Si no quieres contarnos, no pasa nada -dijo Anthea mientras le tomaba la mano en señal de apoyo.
Elizabeth cogió aire y lo soltó mientras que alejaba las lágrimas.
-Sois familia de Damon y formáis parte de mi vida. Y creo que tarde o temprano lo tenéis que saber, pero primero os tengo que pedir un favor.
-Lo que sea-respondieron ambas hermanas mientras asentían.
-Os pido que no lo juzguéis. Sé que lo que hizo estuvo mal y yo soy la primera que lo admite, pero también sé que es un buen hombre y que como cualquiera comete errores -dijo Elizabeth soltando un suspiro-. Lo amo y eso no me hace ciega a sus defectos. Es más, lo amo más por ellos porque he comprendido que ni yo misma soy perfecta para él. Soy muy insegura y me da miedo que me hagan daño, pero él se enamoró de mí. Solamente tenemos que mejorar, cambiar si hace falta para curar las heridas que ambos nos hemos provocado. Os pido, por favor, que le deis otra oportunidad antes de que os diga lo que realmente pasó.
Dana frunció el ceño preocupada mientras asentía.
-Está bien, Liza. Escucharemos con mente abierta-dijo Anthea mirando fijamente a los ojos de su amiga.
Elizabeth soltó un suspiro contenido.
-Está bien. No quiero andarme con rodeos. Cuando Damon fue a mi apartamento estaba tan furioso que no hubo manera de hacerle entender la realidad. Se centró tanto en la ira que sentía que intentó forzarme.
Dana y Anthea quedaron impactadas con sus palabras y no supieron que decir. Elizabeth cerró los ojos con fuerza para intentar borrar ese mal recuerdo y prosiguió.
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Un Amor Imprevisto(En Edición)
RomanceDamon Andreus Thalassinos era un hombre poderoso que creía con arrogancia que todo tenía un precio, incluido las personas. Solo sabía que tenía que desear algo y con su poder y dinero lo tendría pero no contaba con conocer a Elizabeth Miller. Una mu...