Multimedia: Ashley Tisdale - Acting out
Elizabeth se levantó al escuchar el timbre de la puerta. Restregándose los ojos se encaminó a ella sintiendo como si todo fuera un deja-vú y cuando abrió la puerta se encontró con un gran ramo de rosas rojas. Suspiró y soltó una sonrisa.
-No me diga. Es para mí-dijo antes que el repartidor abriera la boca. Cogió el ramo y la nota que había en él para después enterrar la cara y olerla.
-Sería tan...
-Por supuesto-y con una rapidez sorprendente y una sonrisa de oreja a oreja, firmó-. Gracias.
El hombre la miró boquiabierto y asintió. Antes de cerrar la puerta le escuchó murmurar:
-¡Qué mujer más rara!
Elizabeth divertida soltó una risa.
-A ver qué escribiste esta vez-murmuró mientras dejaba el ramo en la mesa y se disponía a abrir la tarjeta. Abrió los ojos y la boca incrédula con lo que leía. "Cena conmigo. Asunto de negocios. Te recogeré a las ocho. Damon."
Elizabeth soltó un pequeño grito de enfado y tiró la tarjeta cerca de las rosas y las fulminó con la mirada. Prefería enfadarse a dejarse llevar por la decepción.
-¡Qué se ha creído ese idiota arrogante! Parece pensar que todavía tiene derecho a darme órdenes pero oh, yo le quitaré esa impresión del gran golpe que le voy a dar. ¡Sí, señor! Se merece que lo deje plantado para que aprenda la lección. Con que me quería reconquistar, ¿eh? Pues vaya táctica y el romanticismo a la porra. ¡Estúpido! Idiota. Sabía que esto iba a pasar. Se ha cansado. Y supuestamente me ama... ¡Ja! Él solo ama su trabajo y ahora seguramente irá detrás de alguna modelo o actriz. Sinvergüenza.
Pestañeó rápidamente para que no se le escaparan las lágrimas.
-Idiota-gimoteó y con rabia se limpió la cara-. Pero esto no se queda así. Si es capaz de olvidarse tan fácilmente de mí yo le demostraré que él es tan olvidable como hacer dieta en navidad.
Se acercó al teléfono y marcó un número conocido. "De verdad, me estoy volviendo tan mala como ese demonio. Esto me va a traer mal karma."
-¿Hola? ¿Scott?
Damon estacionó el coche y soltó un suspiro para relajarse. No podía creer los nervios que sentía. Se sentía como un adolescente. Soltó una carcajada y se dispuso a salir del coche.
"Vamos, es tu última oportunidad. No puedes echarla a perder. Todo tiene que salir de acuerdo al plan", se decía mientras subía al apartamento de Elizabeth. "Es ahora o nunca." Y tocó el timbre. Escuchó pasos aproximándose y él se recompuso y mantuvo su rostro inexpresivo. Cuando la puerta se abrió casi se le escapa un gemido de deseo al ver a Elizabeth con un vestido rojo que se ajustaba a todas sus curvas y los labios tan rojos como las cerezas. "No sé si pueda aguantar toda una noche sin robarle un beso." Pero sacó fuerzas y la miró con serenidad.
-Buenas noches, Elizabeth. ¿Estás lista?-preguntó y contuvo una sonrisa al ver que la había sorprendido.
-Por supuesto, señor Thalassinos-replicó entre dientes.
-Entonces, no perdamos más tiempo-y dicho esto le volvió la espalda y salió a por el coche. No pudo evitar sonreír cuando la escuchó jadear de indignación y susurrarle un insulto.
Llegaron al coche y Damon, rápidamente subió y lo encendió. Tosió para ocultar una risa al escucharla insultándolo nuevamente por su caballerosidad.
-¡Qué amable de tu parte esperarme!-dijo con ironía.
-De nada. Ponte el cinturón-ordenó y emprendió el viaje al elegante restaurante en el que había reservado-. Por cierto, hoy estás... bien.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Imprevisto(En Edición)
RomansaDamon Andreus Thalassinos era un hombre poderoso que creía con arrogancia que todo tenía un precio, incluido las personas. Solo sabía que tenía que desear algo y con su poder y dinero lo tendría pero no contaba con conocer a Elizabeth Miller. Una mu...