Cierro los ojos e intento dormir, pero es inútil. El sueño no ha llegado a mí en toda la noche y no creo que lo haga.
Abro los ojos y observo la foto que está sobre mi mesita de luz. Caden y yo estamos en ella, sonriendo. No hemos sonreído para nada en los últimos cinco días.
Desde que le di la noticia del atraso todo se ha vuelto una porquería. Ambos estamos demasiado nerviosos como para ser tiernos y por primera vez desde que comenzamos la relación, hemos discutido feo.
Se supone que estoy enojada, pero ya ni siquiera recuerdo bien por qué. No aguanto más esta situación, pero por suerte esta tarde se termina. Después de clases, él y yo iremos a buscar los resultados de mis análisis de sangre.
El despertador suena, pero no me muevo. Caden se despierta y lo apaga, para luego dejarse caer de espaldas nuevamente. Espero que intente despertarme, pero él no dice nada, no se mueve. Quizás se quedó dormido otra vez.
-Gwen -dice mi nombre de repente. No respondo. Lo siento moverse y cierro los ojos al instante para fingir que estoy dormida. Siento su cuerpo aproximándose al mío y su cabeza se inclina hacia mi rostro -Gwen, levántela, debemos irnos.
En estos cinco días no me ha llamado carita-linda. Es un imbécil. Ahora recuerdo por qué estoy enojada. Por eso y porque en una de nuestras discusiones él se atrevió a decir que si estoy embarazada es por mi culpa.
Como no respondo, él desiste y se levanta para entrar a ducharse. Me levanto despacio y salgo de la cama. Voy hacia el baño para invitados y me preparo allí para otro día de clases.
Mientras termino de arreglarme, reviso mi celular. Veo un mensaje de Verónica y por alguna razón eso me hace sentir mejor. Ella es la única que sabe esto, ni siquiera me he atrevido a hablarlo con mi madre, ni con Allie. Verónica ha hablado conmigo todos los días y eso ha hecho todo más ameno para mí.
V: Buenos días, Dolly. Espero que hayas amanecido bien. Cuando sepas el resultado, háblame, estaré esperando. Te quiero.
Le respondo que lo haré y salgo del baño. Caden está en la cocina, pero no voy hacia allí. Aprovecho la calma de la habitación para poder ponerme algo más abrigado ya que afuera hace un frío de locos.
Pero la paz que busco se corta cuando él ingresa y me mira. Se ve enfermizo, con ojeras marcadas bajo sus ojos. A diferencia mía, sé que él no ha hablado de esto con nadie.
-¿Ya estas lista? Se hace tarde -me dice.
-Sí, ya termino.
Él me observa unos segundos más antes de salir. Suelto un suspiro y termino de vestirme. Me encuentro con él en la puerta y bajamos hacia mi auto en completo silencio.
Miro por la ventana mientras nos movemos, comienzo a sentir la falta de sueño y mis ojos se cierran. Cuando abro los ojos ya estamos en la universidad.
Entramos a clases y pasamos el resto del día sin hablarnos. Ya en la última clase, estoy desbordada. Tengo sueño, hambre y estoy por volverme loca. No sé cómo voy a lidiar con todo si es que estoy embarazada.
Cuando la clase termina, los nervios me atacan con fuerza. Guardo mis cosas con fingida calma. Siento su presencia a mi lado y lo miro al instante. Sé que quiere decirme algo, pero se lo guarda.
-¿Vamos? -le pregunto mientras me pongo de pie.
-Vamos, carita-linda.
Deseo golpearlo por llamarme así, como si todo estuviera tan bien. Como si esa fuera su disculpa por lo de ayer.
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Peligrosa Atracción
RomansaGwen sabe qué es lo que quiere. Es inteligente y está preparada para asumir las responsabilidades de convertirse en una graduada universitaria. Pero detrás de toda esa perfección que siempre quiere mostrar se esconde una chica insegura que ha sido...