Capítulo 9

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Arranca y me sujeto a él con fuerza. Le he dicho la dirección de la casa de Matt y él va a toda velocidad. Jamás en mi vida creí que yo viajaría en una moto a tanta velocidad, sin preocuparme en lo absoluto por mi vida. Pero la realidad es que Caden me genera confianza.

La velocidad comienza a disminuir cuando ingresamos en el barrio exclusivo en el que Matt vive. La moto se detiene frente a la enorme mansión en la que vive.

—¿Vive con sus padres? —me pregunta Caden observando el lugar.

—Matt odia el campus —le digo. Es lo que él me ha dicho —Y sus padres no van a comprarle un departamento hasta que se gradúe. Por eso vive aquí todavía.

—¿Y por qué diablos no trabaja para por lo menos pagarse un alquiler? —inquiere mirándome sobre su hombro —No intentes justificarlo, carita-linda. Es un completo imbécil.

—Ya basta, Caden —me bajo de la moto, sintiendo cierto enojo. No quiero que hable así de Matt, no lo conoce —Puedes irte, no sé cuánto tardaré.

—No te preocupes por eso, no tengo nada mejor que hacer —me asegura y apaga el motor.

Soltando un resoplido, doy media vuelta y me encamino hacia la entrada. Me obligo a no girar la cabeza para mirarlo. No creo que vaya a quedarse, esa es la verdad. Cuando vea que no salgo en seguida, se irá. Caden no es de los que esperan.

Uno de los empleados de Matt me abre la puerta con una amable sonrisa y me acompaña hasta la habitación en dónde él está descansando.

Ingreso con cuidado y él está dormido. No quiero despertarlo porque se ve bastante mal. Dejo mi bolso a un costado y recorro la habitación. He estado aquí antes, él es bastante ordenado, incluso mucho más que yo. Tomo asiento en el sillón individual que está cerca de su cama y agarro mi bolso para sacar unos apuntes y ponerme a leer un poco. Debería despertarlo, lo sé. Pero estoy mejor así, en silencio.

Estoy demasiado metida en la lectura y no me doy cuenta que él ha despertado. Cuando dice mi nombre lo miro con sorpresa.

—Hola —le entrego una pequeña sonrisa.

—¿Cuándo llegaste? —pregunta mientras se mueve hasta quedar sentado.

—No lo sé —guardo mis apuntes —No quería despertarte, ¿cómo te sientes?

—Como si me hubiesen dado una paliza —sonríe levemente —Pero mucho mejor ahora que estas aquí.

No agradezco su pequeño halago. Nos quedamos en silencio y es algo extraño en mí no saber que decirle. En realidad quiero irme, quiero saber si Caden sigue esperándome afuera.

—Es mejor que hablemos de lo que pasó —le digo entonces.

—De verdad estoy muy arrepentido, Gwen —me asegura. Él está bastante pálido y me preocupa un poco —Soy un imbécil.

—Sí, sí lo eres —asiento —Yo sé que estás arrepentido pero quiero que sepas que nada será igual que antes.

—¿De qué hablas?

—Algo se rompió, Matt —le sostengo la mirada —Somos amigos, pero... pero ya no siento confianza por ti.

—Yo no quería que eso pasara nunca...

—Pero pasó, y fue horrible. Tú no tienes idea de cómo me sentí. Fue humillante.

—Si hay algo que yo pueda hacer para arreglarlo —se queda callado y noto el nerviosismo en su voz —Diablos, Gwen, no me hagas esto.

—No se trata de ti —me río algo nerviosa —No te lo hago a ti. Es por mí.

—En realidad es por Caden, ¿verdad? —inquiere perdiendo el nerviosismo y ganando aquella mirada llena de enojo.

Peligrosa AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora