Capítulo 30. (Final)

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P.O.V. Liam

Jueves, 2 Julio 2015

Cerré la puerta de un suave empujón al mismo tiempo que colgaba la correa de Loki frente a la puerta.

-Hey -saludé.

-Hey.

Niall descansaba recostado sobre el sofá, pies apoyados sobre el apoyabrazos.

-¿Cómo te sientes?

-Mejor -respondió, aun mirando la televisión.

El dolor abdominal que había comenzado a sentir hace unos días se hacía cada vez más fuerte, habíamos ido a ver a Olivia y su veredicto había sido que su cuerpo estaba preparando el parto ya, pero Niam aún no daba las señales de querer salir de su pequeña burbuja. Mañana teníamos la nueva consulta.

-¿Qué ves? -pregunté, sentándome a su lado.

-Bake Off -se acomodó sobre mi regazo y estiró sus labios hacia mí. Reí con ganas antes de envolver sus labios con los míos- ¿cómo les ha ido?

-Bien.. creo que le voy a extrañar mucho cuando Danielle vuelva.

-Quizás podrías traerlo de vez en cuando. No tienes por qué dejar de verlo.

-Puede ser -enredé mis dedos en su crecido cabello, las raíces oscuras destacando contra mi piel.

-Andy ha llamado.. dejaste tu celular en casa -apuntó- dijo que te hacía falta salir y te espera en su casa a las cuatro y que no debes faltar.

-Niall..

-Niall nada, Liam, no puedes quedarte encerrado por siempre conmigo. Puedo llamar a Louis. Además tengo a mamá.

-¿Estás seguro?

-Claro que sí, bruto -me golpeó el hombro en broma, bastante fuerte, para ser sinceros.

Louis llegó a eso de las tres con treinta. Ambos ojicelestes y Maura se disponían a hornear pastelitos cuando dejé el departamento prometiendo llegar pronto.


P.O.V. Niall

Mamá quitó la bandeja del horno, apoyándola sobre la cocina. Me acerqué con el cuchillo para cortar el primer pastelito en tres trocitos. Podía escuchar a Louis revolver el contenido de los tazones a mi espalda.

Iba justo a mitad del segundo corte cuando mi mano dejó caer el cuchillo para buscar soporte en la encimera.

-¿Niall? -ella se acercó y apoyó una de sus manos en mi espalda- ¿todo bien?

Negué con la cabeza, apretando los ojos ante el repentino dolor.

-Mierda -susurré.

-¿Qué es, Niall? -insistió.

-Yo.. -respiraba fuerte. Apoyé mi mano libre sobre mi vientre y sentí lo duro que estaba- el bebé -inspiré otra vez- Niam -y otra vez- ya.

-¿Estás teniendo contracciones? -preguntó, completamente calmada.

-Maldita sea, sí -oír mi propia sorpresa me golpeó con fuerza.

-¿Estás seguro? -ahora era Louis, tan alarmado como yo. La diferencia estaba en que él abrió mucho los ojos y yo los apretaba más a cada segundo.

-Sí -casi grité.

Tenía la panza dura, la presión en los abdominales era horrorosamente fuerte y las contracciones dolían cada vez peor. Eso sólo podía significar una cosa.

Little Snowflake [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora