Mision: Imprimación

Capítulo 28: El ático.

Parte 4/6
JACOB Pov.
Estaba encrustado en ese duro sillón, ese pesado aire llenaba su nariz y la presión que sentía en el ambiente era inigualable.

El corredor de la casa, es decir, mansión: era un tanto viejo, paredes de mármol rojo oscuro, suelos de madera y las paredes colgaban pequeñas lámparas, a cierta cantidad de distancia se encontraban pequeños escritorios. ¿En serio se había aprendido la apariencia del lugar por ansiedad y impaciencia? Sus dedos repiqueteaban en el descansar del brazo y sus ojos vagaban de un lado a otro. Se levantó antes de que la mujer abriera la puerta, estaba a las afueras del cuarto de Jeanine.

—Ella está bien —Afirmó. Le miró directamente mientras cruzaba sus brazos —, pero necesita descansar —. El sólo acentuó y se volvió a sentar —. Aún no sé ni tu nombre, pero te agradezco que hayas traido a mi hija a casa —

—No fui yo, señora Blackheart-- —Ella me cortó la oración.

—Soy Genove o señora Gothz. Ese orden de letras ya no va en mi nombre —Impuso estrictamente.

—Bien, señora Gothz. Me llamo Jacob Black y, volviendo con lo anterior, no fui yo quien trajo a Jeanine. Fue un rubio-- —Me volvió a cortar.

—Pero tú entraste con ella ¿no?— Yo acepté —. Entonces tú la salvaste. — Realmente no me gustaba tomar crédito por un trabajo que no era mío pero desde que pasó lo que pasó en aquel puerto yo ya no podía pensar sólo en mí. Ya no era sólo mi vida la que tenía que cuidar. —Ella... Su padre te mandó por ella ¿no? —Volví a aceptar, ella pareció sopesar algo y luego, simplemente suspiró— . Jacob, sé lo que te pasa... Y yo, aunque no lo acepte aún, tengo que mostrarte algo —

—¿Qué cosa? —

—Ya verás, y no sé si te guste —Respondió ella y empezó a caminar con elegancia, movió suavemente su mano, aún caminando, indicándome que le siguiera.

El ático.

El lugar estaba infestado de polvo, eso lo olí incluso antes de tocar las escaleras para subir.

—Ve tú, por favor busca la caja que dice... Vajilla de plata —¿Estaba bromeando? Es decir, según él entendía a ellos sí les hacía daño la plata; entonces ¿Por qué tenían vajilla del material?

Antes de que él le pudiera responder o si quiera tartamudear al respecto, ella ya lo había empujado hasta allá.

Echó un vistazo al lugar con lentitud, y, como ya lo había presentido antes, había pequeñas montañas de polvo por todos lados. Su visión se nublaba un poco debido a que al entrar lo había levantado, sin embargo eso no evitó que encontrara la caja desde allí. Corrió a ella.

Al agarrarla, por lo desgastado de esta, se rompió y todo su contenido cayó al suelo. Esperaba eacuchar el chillido metálico que era lo obvio, pero en cambio, escuchó un paquete de... "¿cartón...? sí, cartón" pensó. Cuando intentaba recogerlo otra cosa volvió a caerse... Era, una carta.