Sebastian y yo estábamos sentados en una mesa aparte dentro de un lujoso club. Al parecer era de sus padres, otra de las cosas que no me importaban, al igual como lo poco que nos hablábamos en estos días y lo mucho que le agradaba a Mily su tío.
El lugar estaba decorado con un elegante tono crema, y manteles a juego, arreglos de rosas blancas que estaban dentro de una canasta dorada, lo único que no era claro aquí era mi cabello y el humor que poseíamos mi pareja y yo, quienes además vestíamos de color negro.
—¿Quieres algo de beber?
— No, preferiría que te abstuvieras porque tu madre y hermanas me agobian.
Sebastian igual pidió una copa de wishky y poco después ingresaron las mujeres acompañadas por el padre del joven.
Tenían casi todo preparado, yo asentí y Sebastian hizo lo mismo, luego llevaron varios platillos que probamos y fuimos descartando según mis gustos y los de Sebastian quien no parecía nada entusiasmado.
—¿Tus padres vendrán? —preguntó Regina.
—No tengo familia.
—¡Qué triste!—Dijo Silvia.— ¿Qué les pasó?
— Mi madre murió, mi padre... igual y mi hermana... Bueno, tiene ciertas tendencias.— Respondí.
— Entonces, —Comentó con una falsa sonrisa Roberta. —¿nadie en tu lista?
— Mily. —Dijo Sebastian.
— ¿Adoptarás legalmente a su sobrina?— Preguntó Roberta con desdén, refiriéndose a mi sobrina. —No le hablas siquiera a los tuyos.
— Mily, come patatas con los dedos. Se limpia con el dorso de la mano después de comer pizza, eso hacen los niños normales de cuatro años, tus hijos intentan hacer multiplicaciones y no saben sumar aún.
— Sebastian... — Dije y negó con la cabeza.
— A diferencia de ustedes Roberta, yo fui criado con padres humildes y amorosos, no ambiciosos y... bueno, desvalorizados — Respondió Sebastian.
Sentí la vibración de mi teléfono y colgué un par de veces para seguir con el hilo de la conversación, ellas estaban organizando todo como si realmente de algo fácil se tratara, no organizaban una fiesta con helado y sombreros de papel. Noté algo tenso a Sebastian y le tomé la mano para acareársela, me sorprendió cuanto se relajó, me gustaba esa versión de él y la veía tan poco últimamente, que me asustaba sentir que vivía con dos hombres distintos más aún cuando depositó un beso sobre mi frente.
—¿Milena está enferma?
—No, ¿por qué?—Negó con la cabeza y se disculpó para tomar una llamada. Me quedé escuchando a sus hermanas mientras jugaba con mi cabello.
Sebastián me pidió mi teléfono y se lo di, hizo unas llamadas e informó que algo malo había pasado en la oficina que el chófer me llevaría al departamento. Una hora más tarde de aburridas conversaciones y tediosas elecciones y listas, sobre todo aquellas listas tomé mi bolsa y me despedí.
—Olivia, me encantaría invitarte a relajarte al spa—Aquello me caería bien, pero, no sabía si a Sebastian le urgía tenerme en casa, porque al final de cuentas, con quien se desquitaba cuando las cosas no iban mal era conmigo.
Le pedí a Silvia su teléfono para hablar con Sebastian quien se mostró complacido con que fuera con ella, asentí hacia su hermana quien no paró de comentar cuan bonitas se veían mis hondas y lo delgada que estaba, pues sí, había perdido aproximadamente diez kilos en una semana; el estrés y el mal dormir se manifestaban así en mi cuerpo.
— Señorita ¿está bien?
— Sí, disculpe— Dije y me regaló una sonrisa, la mujer a su lado me miró de pies a cabeza completamente sorprendida y el joven unos segundos después hizo lo mismo.
— ¿Cómo te llamas?
— Ody, ella es la prometida de Sebastian. —Dijo Silvia mientras les saldaba con afecto. —No la vean mucho que ya saben cómo se pone.
— ¿Eres la prometida Sebastian?
—Octavio, mírala bien, eso no es lo importante— Dijo la joven y fue entonces cuando me disculpé y tomé el brazo de la hermana de mi prometido para largarme, les escuché decir algo a mis espaldas pero continué caminando sin detenerme hasta encontrar el auto.
Todo en mi vida era agotador, y me lamentaba, me lamentaba todo lo que estaba mal, y lo que estaba bien.
Mientras la mujer trabajaba en mi espalda y todos sus puntos de tensión acomodé mi cabeza al otro lado y pude observar a Silvia, quien me miró con tristeza antes de preguntar qué iba mal y justo cuando creí que me escucharía me dio una charla completa sobre el compromiso y el matrimonio, finí escucharle mientras me preguntaba si podría con semejantes títulos.
Las últimas semanas la prensa me había exhibido más de la cuenta, ellos se habían enterado de mi compromiso con el magnate y me habían estado despotricando por todos los medios posibles y por ello, Mily se había visto influenciado también, en el kínder la molestaban y eso no me gustaba, estaba considerando apropiado lo que me había propuesto Sebastian de que recibiera lecciones en casa, al parecer, era la única forma de alejarle de los problemas y la tensión que la fama de su tío y "la mía " causaban.
Sebatian, era parte de mis más grande problemas, en un minuto era complaciente y al segundo era una bestia total, celoso, tenso, grosero, aislante, soberbio, no cuidaba sus palabras, no medía sus actos, y me hacía preguntarme si la comodidad económica valía tanto como para perturbar mi comodidad emocional.
—Mi hermano llamó, dijo que se verían en el departamento, Igor espera por ti.
—Solo pienso depilarme y ya—dije y ella asintió con una pequeña sonrisa.
—Sé que no hemos tenido un buen comienzo y que crees que soy igual que el resto, pero realmente quiero ser tu amiga. Quiero ser amiga de Olivia, no de la prometida angustiada de mi primo—Dijo y se despidió agitando sus dedos.
Después de la salida de la joven, llegó la chica encargada de mi depilación, me quitaron cada indefinido pelo y pedí que programaran una sesión antes de la boda, creía que aquello sería conveniente porque a pesar de no hablar de una luna de miel en sueño, en las Antillas o islas privadas que podría poseer el ogro, era muy probable que tuviéramos algún tipo de desgarrador encuentro sexual y que como ese hubiesen muchos otros.
Caminé hacia el elevador y poco después con el pase especial que me dio Sebastian subí aún más rápido, las puertas se abrieron y fui directo a la sala de espera, pero me encontré con un preocupado Sebastian, quien me extendió su mano y me acercó a su pecho.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué estamos aquí si es miércoles?—pregunté y me tomó más fuerte las mano — Mily quería que escucháramos su exposición de inglés.
—Tu hermana y unos hombres fueron a nuestra casa, ataron a la empleada y se llevaron a Mily.
Se llevaron a Mily.
Se llevaron a Mily.
Tu hermana ha entrado a casa con unos hombres y se ha llevado a Mily.
Tu hermana te ha quitado a su hija de nuevo, ella te ha quitado a la pequeña. Ahora. Olivia.
No tienes familia, no tienes a nadie más, no tienes nada.
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¿Qué creen qué pasará?¿Quiénes creen que son los jóvenes que conoció hoy Olivia? ¿Qué planes trae Niza?
No podremos saberlo hasta los próximos capítulos, pero gracias por leer y en serio me emocionan sus votos. :)
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La loba
RomanceLas prostitutas tienen siempre un momento de destello en sus vidas, encuentran a un hombre del que se enamoran, con quien sueñan casarse, convertirse en damas por ellos o simplemente encuentran al hombre que las va a sacar de ese ambiente para darle...