De tal palo tal astilla

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Al día siguiente Olivia se puso su camiseta deportiva, "soportativa" como la llamaban a sus hijos. Consistía en una camiseta de hockey el deporte favorito, favorito, favorito, de Oliver Sergio, con letras rojas que decían "Estoy orgullosa de ti, aunque pierdas".

—Mamá es un cole nuevo. No hagas ridículos.

—Sergio, prometo no gritar: "Oliver eres un campión", después de una anotación.

—Mamá...—Olivia volvió a reír.

Cuando estaba más pequeño insistía en que la palabra correcta era campión, su mamá sabía que era campeón y después de miles de batallas el niño le dijo que no quería que lo escribiera mal en su camiseta. Así que Olivia le hizo caso y le advirtió que la camiseta de apoyo diría: "mamá está orgullosa de su Campión", aparentemente él comenzaba a sentirlo.

—Vamos, llegas tarde para el calentamiento. —Dijo y besó la cabeza de su hijo.

—¿Mily, tú también? —preguntó al ver su hermana.

—¿Qué le iba a decir?, ¿No? Soy tu hermana mayor tengo derecho de avergonzarte.

Octavio los esperaba en el colegio, ayudó a su hermana a llevar los cups cakes al puesto de ventas acompañado por Milena, Olivia le dio una mirada de advertencia para que no coqueteara con su hija. Mily pasaba por un serio enamoramiento por el hermano de su tía y este no hacía más que darle alas, falsas porque sabía cuan prohibida era la niña para él.

—Mamá, las mamás no entran ahora.

—Sergio, lo hacen los papás, pero yo soy tu mamá, así que lo haré, punto. Al menos entiendo de lo que hablan —dijo cansada mientas le acompañaba. —Ves, ya hay más personas. Familia, déjame ser.

—Entrenador Ellis, mi mamá, Olivia. —Dijo y rodó sus ojos hacia ella.

—Cuidado te prohíbo jugar.

—Ve al vestuario antes de que estés en problemas.

—Dice que soy muy mujer para venir a los calentamientos.

—Me crié con mamá y sí eres muy mujer —dijo y Olivia rodó los ojos.

—Soy lo que hay. Escuché que quería hablar conmigo.

—Sí, lo nominé capitán—dijo el entrenador.

—Es capitán de dos equipos más.

—El hockey es su favorito —Asentí.

—Hable con los otros entrenadores, y dígame cuales son los beneficios.

—El director hablará con usted el lunes.

—Perfecto —Extendió su mano y le dio un fuerte apretón el hombre le vio sorprendida. —Lo puedo hacer como los machos. —El entrenador rió y fue hacia los camerinos.

Caminé hacia las bancas y busqué un asiento fenomenal, guardé los espacios para Mily y Octavio volvieron con palomitas perros calientes como si no fueran las siete de la mañana y no hubiesen desayunado.

—¿Qué quieres pizza o perro?

—Son las siete —dije y ambos rieron.

Mi hija me dio un paquete de semillas de marañón y agradecí. Noté como a una niña se le cayeron los refrescos y los miró temblorosa, me acerqué y tomé la bandeja. La chica miró los vasos y se puso pálida al notar el reguero y que no había nada que salvar, Olivia tomó su cartera y se acerqué a ella.

—Compraremos otros y tus papás no lo sabrán —Dijo.

—Mi tío... él los pagará.

—Cielo, invito yo. En unos años serás una guapa modelo y me firmarás una revista.

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