De Loba a Paloma

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Logré salir de casa de mis vecinos sin llorar, por ser una futura- fracasada madre, todo en mi vida estaba mal, me fui a dar una ducha y encontré una bonita bañera, sonreí al verle y después de dejar a Mily en su habitación arropada volví directo a la ducha.

Me quedé ahí un rato intentado descifrar quién había gana, si él o yo; tendría a su hijo, me había enamorado... todo debía ser una pesadilla.

Al día siguiente mi vecina me mostró la cuidad, lo cual agradecí y Mily disfrutó, le compré un sombrero gigante y le saqué a dar un paseo por la playa acompañadas por nuestra vecina.

—¿Cómo te las apañas con el dinero?

—Sebastian, mi ex él tenía mucho dinero, solía ser demasiado generoso conmigo.

—¿El papá del bebé?

—Sí —sonreí.

—¿Quieres decir que te dio dinero para deshacerte del bebé?

—No jamás, no él... está en coma. Bueno, quizá es lo que hubiese querido... acabar con el bebé, yo no sé. —No sabía si Sebastian me botaría o me mataría por tener un inquilino en mi útero, su inquilino, quizá lo mejor era que no estuviese para saberlo y que me haya ido de su vida. —Su familia no me aprueba así que... aprovecharon la oportunidad, de arrasar con mi trasero.

—Cuentan con todo nuestro apoyo. Eres una mujer bendecida porque mi esposo no le da trabajo a nadie. En serio, no esperes un salario de luces, tienes que ver lo que me paga por atender a sus hijos, joyas de segunda —Reí.

Llamé a Mily para que no se siguiera alejando, corrió de vuelta y me tomó de la mano. Las tres regresamos al centro de la cuidad, insistí en pasar por la universidad, según Gabrielle era más barato durante esta semana además me enseñaría las rutas a casa.

Tardé dos horas, pero incluso logré fijar una solicitud para una beca, llevaría nueve materias, porque necesitaba adelantar lo máximo antes de la llegada del bebé y cuando mencioné lo de mi embarazo y al ver mis calificaciones me reconocieron las materias que había llevado antes.

Al menos algo iba mejor.

Conseguir un jardín de niños bueno para Mily no fue muy fácil, estaba empezada la matrícula, era mitad de año por lo que la mayoría estaba de vacaciones y muy pocas interesadas en dar entrevista, las que sí mantenían la matrícula abierta no me parecían tan buenas como para ingresar a la niña ahí y como estaba escapando de verdad no pedí su expediente solo una constancia de calificaciones y matrícula.

Después de pasar una semana, conociendo la cuidad, retroalimentándonos me estaba volviendo loca, en serio lo hacía. Salí y estaba en el jardín con su vestido de baño conversando con las flores, la llamé dos veces y me ignoró por lo que decidí gritarle.

—¡Milena, no puedes andar en el jardín con vestido de baño, ve a vestirte por favor! —Miré a Larissa con una tímida sonrisa.

Ella había intentado a lo largo de estas dos semanas ser una linda vecina y lo estaba logrando, el problema para variar era yo, jamás había tenido vecinos de esta clase porque nunca había vivido en una zona residencial segura.

—Hola, quería preguntar si sabes hacer repostería. Mamá apesta y bueno...

—¿Quieres conquistar a un chico?

—Algo.

—¿Algo? —reí.

—Quiero agradarle a su madre.

Una había estado enamorada o en una relación pero el mito de las suegras estaba en todos lados. Mi mamá por su lado era buena repostera, le encantaba hacer repostería y yo tenía cierta debilidad por ello, comerlo me encantaba cocinarlo no se me daba mal.

—Haremos un pie de manzana, pero algo diferente, bien.

Primer mudé a mi sobrina y luego les llevé a ambas al supermercado. Al principio solo quería hacer un pie de manzana pero luego se me ocurrió hacer el pollo con papas especial de mi mamá, finalmente terminé haciendo una fiesta de comida en mi casa.

Solo chicas, porque los señores Slacht habían discutido y ella se negaba a cocinar o darle de comer, venganza femenina.

—Tía no sabía que sabías cocinar en serio.

—Tú deberías aprender.

—Ahora el postre principal —Larissa aplaudió y le pedí que me acompañara al horno, lo sacamos y le miré sonreír, estaban dorados, hermosos y la miel se le desbordaba en algunos lugares, era fantástico.

—Huele maravilloso.

—Este es mi toque especial, mi mamá lo odiaba.

Fui por el helado y me puse unos guantes, comencé a hacer pequeñas pelotas, y las use sobre los pastelillos individuales, luego les roseé un poco de miel de manzana con canela y se los di.

—Tía ¿cómo come mi primo bebé? Digo, ¿el bebé come todo masticado? Eso no es bueno, será que puedes traerte pedazos enteros. Mi primo o prima bebé necesita comer comida de bebés; puré, fruta y carne licuada, es desagradable pensar que todo lo come masticado solo porque es un bebé indefenso dentro de ti.

—¿Puedes dejar de decir bebé?

—Deberían buscarle un nombre provisional.

—Ella lo hace para molestarme —Dije.

—¿Cómo un nombre provisional? —preguntó Mily.

—Tú dices mucho bebé y tu tía se molesta, como no saben qué es no le pueden llamar Johan o María. Así que pueden ponerle Burbuja, adorno, algo sin mucho....

—Inquilino.

—Pie.

—Es mío, yo mando.

—Bien, inquilino debe no comer comida masticada.

—No tiene dientes y como por medio de una sonda.

Mily siguió comiendo su pastelillo y me rodó los ojos, le di un beso en la mejilla y acaricié u espalda, era la niña más linda del planeta; cuando comía y su boca estaba ocupada.

Después de que se quedará dormid sobre la alfombra de la sala rodeada por sus juguetes.

—Gracias por enseñarle, seguro no aprendió nada.

—No seas tan dura con ella.

—Ambos son mis hijastros, es difícil. ¿sabes?... Cuando no eres la mamá real. Hay días en los que siento que no me quieren, sus hijos cree que soy la niñera y él cree que soy la cocinera. Él me engaña.

—Y por qué esta con él.

—Política femenina mainvillana; si paga las cuentas paga sus pecados.

—¿Fuiste la amante?

—Lo hice.

—Nunca vas a ser feliz, porque cuando llama a decir que tiene mucho papeleo o está en el gimnasio sabes la verdad. —Ella asintió, me miró durante unos segundos antes de preguntar:

—¿Estás molesta?

—En términos de pecados, los tuyos son menores que los míos, no lo estoy.

Por eso jamás era feliz, había arruinado tanta felicidad, incluso antes de nacer, ya había hecho daño a alguien. Quizá las familias de mis papás fueron solo el inicio.

Hola, recomienden mucho esta novela por fa... espero estén disfrutando. 

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