Itachi Uchiha
La verdad es que no me tragué mucho aquello del entrenamiento, pero tampoco era cuestión de meterme en pelea contra mis compañeros y más de perder tiempo con ellos mientras Deidara se desangraba. Una de las cosas que odiaba... era tener que ocuparme yo de los problemas que no eran míos, como el caso de tener que llevar a Deidara a un médico, pero como aquellos dos habían desaparecido, no era ético dejar a Deidara allí abandonado esperando que muriese.
Caminé hacia la habitación de Konan con Deidara en brazos, con su cabeza apoyada en mi pecho y cuando le miré para comprobar si estaba bien... no lo estaba, estaba inconsciente, lleno de sangre, lleno de cortes, heridas y moratones ¡y eso que no veía todo su cuerpo por culpa de la capa! Pero estaba convencido de que lo poco que veía, no era nada comparado con lo que llevaría en realidad.
Aporreé la puerta de la habitación de Konan y tardó bastante en abrir, encima me abrió de mal humor por despertarla a estas horas... claro que cuando vio a Deidara en mis brazos inconsciente y sangrando, se le acabó el enfado conmigo y me metió prisa empujándome dentro de su habitación mientras me indicaba que lo dejase encima de una mesa de madera. Ella fue quien apartó todo de la mesa tirándolo al suelo sin cuidado mientras yo tumbaba a Deidara en la mesa con cuidado. ¡Odiaba la sangre! Al menos la de otra gente en mí.
- Puedes lavarte allí - me indicó una puerta que supuse... daba acceso a su baño.
Tardé bastante en quitarme toda la sangre de encima y cuando salí, Konan ya tenía medio desnudo a Deidara con gran parte de su cuerpo vendado.
- Puedes irte - me dijo Konan - gracias por traerlo
No dije nada, cogí la puerta y me marché hacia mi habitación mientras veía antes de cerrar, como Konan seguía intentando curar aquellas heridas y entonces cayó en algo volviendo a llamarme cuando ya casi tenía la puerta cerrada. Volví a abrirla al escuchar mi apellido ¡porque aquí parecía que todo el mundo me llamaba por mi apellido! Bueno... excepto Kisame que se tomaba demasiadas confianzas últimamente.
- ¿Podrías ir a la habitación de Deidara y buscar un bote de pomada?
- ¿Un bote? - le pregunté - Deidara no tiene pomadas - le dije muy seguro.
- Debe de tener uno, ayer le dejé el mío
- ¿por qué tiene el tuyo? - le pregunté por curiosidad.
- Porque ayer le encontré herido en el pasillo - me comunicó - y no puedo cargarlo hasta su habitación, así que le atendí allí y le dejé el bote por si lo necesitaba. ¿puedes ir a por el bote, por favor? - me pidió
- Claro, ahora vengo.
Caminé por el oscuro pasillo pensando realmente... lo extraño que era que Konan le hubiera dado su bote a Deidara. ¿Para qué necesitaba Deidara pomada cicatrizante? Bueno ahora la necesitaba, de eso no había duda ¿pero antes? Yo nunca le había visto utilizar ninguna clase de medicina, me resultaba raro.
Llegué a la puerta del dormitorio y me di cuenta de algo importante ¡Jamás había entrado en su habitación! Abrí la puerta y encendí la luz para ver... ¡ese desastre de habitación! Hasta había algún mueble volcado, ropa por el suelo sin organizar, cajones abiertos, el propio cerrojo de la puerta estaba roto, pero lo que me impactó, fue ver manchas de sangre reseca en el suelo y paredes pintadas con insultos. ¿Qué narices estaba pasando aquí?
Miré la cama ¡lo único que parecía estar decente y arreglado!, encima de ella, estaba el bote con la pomada que me había pedido Konan. Lo cogí y salí de la habitación dejándola tal cual estaba, cerrando la puerta tras de mí y volviendo por el pasillo, pero ahora... no podía quitarme de la cabeza aquella habitación, no podía quitarme de la cabeza los ojos de Deidara aún abiertos cuando le toqué la nuca descubriendo que sangraba, no podía dejar de pensar, en lo frágil que se veía cuando su cabeza cayó contra mi pecho cuando le había cogido en brazos buscando a Konan.
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Juguete para Uchihas (Naruto, ItaDei, Naru-sasu-Naru)
FanfictionPrimera Parte: Desde que Deidara entró en Akatsuki, sólo ha sido el juguete de toda la organización, torturado y violado por todos, su esperanza acaba en manos de Itachi Uchiha, el culpable de que tuviera ésta vida, el culpable de que sintiera tanto...