Sasuke Uchiha
Me desperté en mi tenue habitación iluminada por un par de antorchas y miré a todas las paredes, estaban tan vacías como siempre, lo único que me animaba a seguir era la imagen de mi hermano sobre la mesa, me animaba porque iba a matarle, iba a hacer lo mismo que él me hizo a mí, quitarle todo lo que le importase. Mi único problema es que a mi hermano ya no le importaba nada desde que entró en esa organización.
Habíamos encontrado su escondite y de vez en cuando, me pasaba cerca de él para comprobar si había algo por lo que demostrara un mínimo de sentimiento, pero nada, él siempre tan frío, no demostraba absolutamente nada, su mirada estaba vacía.
Me sentía como si perdiera el tiempo teniendo que ir a vigilarle, porque siempre volvía sin nada y encima no era prudente atacarle allí, con todos los de su organización dando vueltas, era un suicidio, tendría que alejarle de todos ellos para acabar con él ¿pero cómo? No lo sabía aún, pero seguía pensando en un plan.
La puerta sonó y me extrañó que alguno de mi equipo se atreviera a molestarme, desde luego debía ser o Karin o Suigetsu y por la hora que era... diría que Karin. Siempre me molestaba a estas horas mientras todos dormían y sólo para insistirme con esa maldita idea de que saliéramos juntos ¡y yo no quería! Karin era... para un rato, es más, yo ni siquiera la tocaba, sólo me dejaba hacer un par de cosas y cuando yo me había desahogado, la sacaba de mi habitación, pero ella siempre volvía incluso con lo mal que la trataba. Empezaba a pensar que era algo masoquista.
Empecé a ver como se abría la puerta y justo... un cabello rojizo estaba haciendo aparición ¡Karin! Lo que yo decía, venía a intentar convencerme, porque creo que pensaba que si venía todas las mañanas y metía su boca en mi miembro hasta que me corriese, era suficiente para convencerme de que saliera con ella ¡y no era así! Pero no pensaba decírselo porque... eso que me llevaba yo todas las mañanas.
- ¿Está despierto Sasuke – Kun? – preguntó con aquella vocecita y yo simplemente le hice como señal de que estaba despierto uno de mis gruñidos.
Entró por la habitación con su gran sonrisa de niña tonta, poniéndose contenta por un gruñido ¡Era lo que me faltaba por ver! Desde luego que esta chica era masoquista, porque no le hacía ni puñetero caso y aún así, venía todas las mañanas a lo mismo. Ni siquiera me preguntó, directamente apartó las sábanas y se colocó entre mis piernas bajando un poco el pantalón para empezar a lamer mi miembro.
Mentiría si dijera que no me gustaba, me gustaba, pero eso no quería decir que fuera a salir con la dueña de la boca, a mí Karin no me atraía nada pero nada de nada, era igual de atractiva para mí como un mono de feria, me daba igual si se quería vestir provocativa para llamar mi atención o si me perseguía a todos lados con su sonrisita, no me gustaba. Pero sí me gustaba que viniera todas las mañanas a meterse mi miembro en su boca.
La verdad es que lo hacía bien, creo que llevaba tanto tiempo haciéndome esto que estaba empezando a cogerle el tranquillo, a este paso iba a volverse toda una experta. Aún así y por mucho que se esforzase, ella era con la única con la que había probado el sexo y sinceramente... no tenía donde comparar, así que tenía que conformarme con lo que me daban.
Cerré los ojos dejándome llevar por el placer que me daban, incluso jadeé levemente un par de veces animando aún más a Karin para que siguiera y lo hacía. Aunque seguía con la cabeza apoyada en la almohada, cuando miraba de refilón alguna vez, veía su cabello rojizo subir y bajar con cierta calma.
La verdad es que la calma me gusta, pero al principio, porque luego lo que me gustaba, era que cogiera velocidad, me gustaba muchísimo más cuanto más rápido se movía, pero Karin solía tomárselo con demasiada calma. Al final acabé levantándome ante su asombro y la cogí del cabello dejándola sentada en mi cama con la cabeza apoyada contra la pared mientras le metía mi miembro en su boca y le marcaba yo el ritmo moviendo mi cintura.
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Juguete para Uchihas (Naruto, ItaDei, Naru-sasu-Naru)
FanficPrimera Parte: Desde que Deidara entró en Akatsuki, sólo ha sido el juguete de toda la organización, torturado y violado por todos, su esperanza acaba en manos de Itachi Uchiha, el culpable de que tuviera ésta vida, el culpable de que sintiera tanto...