Deidara
Estos días en la base de Sasuke habían sido... tranquilos. Puede que tuviera un trato con Sasuke que me obligase a mantener relaciones con él, pero no era tan malo dentro de lo que cabía, porque al menos me trataba bien y disfrutaba ¡algo muy extraño para mí! Porque la única vez que yo disfruté en el sexo, fue con su hermano ¿Debía ser cosa de Uchiha? Porque ya dudaba, sólo con ellos había conseguido disfrutar y no sentir aquel inmenso dolor que había sentido con Akatsuki.
Realmente... aunque había estado aquí unos días, aún seguía soñando con Itachi todas las noches, a veces tenía pesadillas con él, más concretamente con el día en que me violó, pero no quise decírselo a Sasuke aunque suponía, que él intuía algo, porque me despertaba lleno de sudor y gritando que parase.
Quizá Sasuke no tuviera claro que en la pesadilla estaba su hermano, pero desde luego se hacía una idea de lo que estaba soñando. Si tenía que elegir ahora mismo entre Akatsuki y quedarme aquí en la base de Sasuke teniendo relaciones con él, prefería quedarme, porque puede que siguiera amando a Itachi pese a lo que me hizo, pero no quería volver a sufrir y Sasuke me protegía de todo.
Como era costumbre, tuve sexo con Sasuke antes de acompañarle al comedor para desayunar, tenía mucha hambre y lo único que me ponía nervioso de salir, era tener que aguantar a Karin, sus celos y sus insultos, aunque al final... Sasuke acababa echándola de la mesa, creo que ya era una costumbre casi. A mí no me molestaba mucho, puede que me estuviera ganando su odio, pero no se atrevería a tocarme a mí, porque le crearía graves problemas con Sasuke. No creo que ella buscase esos problemas, así que al final... hablaba mucho pero hacía poco.
En verdad... quizá por eso también disfrutaba saliendo de la habitación, porque sabía que se enfadaba enseguida y no podía hacerme nada mientras Sasuke no se lo permitiera y teniendo en cuenta de que sentía predilección por mí, me sentía mucho más seguro y confiado.
Como siempre, me senté al lado de Sasuke y debía reconocer, que tenía un olor muy parecido a su hermano, eso hacía que recordase aún con mayor fuerza a Itachi y yo sólo quería olvidarle. Si por mí fuera, no quería volver a verle nunca pero otra parte de mí, recordaba los buenos momentos y me gustaban esos momentos con él. Odiarle y quererle ¿Cómo era posible?
Karin como siempre, se puso a insultarme, aunque esta vez ni siquiera Sasuke se molestó en responderle, fue Suigetsu quien lo hizo antes de guiñarme un ojo con descaro, aunque por el quejido que escuché después de aquello, creo que Sasuke le había dado una buena patada bajo la mesa. Miré a Sasuke para comprobar que seguía con su semblante serio y callado, la verdad es que sólo cuando estábamos en la habitación es cuando yo le había visto sonreír algo. Creo que no le gustaba aparentar que tenía emociones cuando estaba con los demás ¡Era igual que su hermano! Aunque ambos se enfadasen si lo llegaba a comentar.
Cuando regresamos a la habitación, Sasuke estaba raro, pero no quise preguntarle por si le sentaba mal, al fin y al cabo... entre él y yo no sucedía absolutamente nada, no teníamos una relación, sólo era sexo, disfrutábamos los dos, cumplía mi parte del trato y él la suya, nada más, sólo nos unía este contrato oral que manteníamos en secreto para el resto del mundo.
- ¿Te apetece dar una vuelta? – me preguntó y no supe que responderle.
- ¿Fuera? – le pregunté porque hacía días que no salía de esta cueva.
- Sí, claro que fuera, por la cueva no sería un gran paseo – me sonrió.
- ¿Dónde iremos? – le pregunté.
- ¿Tienes miedo de encontrarte con Akatsuki o qué? – me preguntó él a mí.
- Un poco.
- Ya te dije que no dejaré que te lleven con ellos, voy a protegerte, sólo es dar una vuelta, iremos dónde quieras.
ESTÁS LEYENDO
Juguete para Uchihas (Naruto, ItaDei, Naru-sasu-Naru)
FanficPrimera Parte: Desde que Deidara entró en Akatsuki, sólo ha sido el juguete de toda la organización, torturado y violado por todos, su esperanza acaba en manos de Itachi Uchiha, el culpable de que tuviera ésta vida, el culpable de que sintiera tanto...