Capítulo 2

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Se adentraron más al bosque, y empezaron a sentir unos fuertes ruidos, y como en la lejanía, apenas audible escucharon unas voces.

-Yami... ¿Esta zona está minada?- sabía que no era así, pero aun no podía soportar la idea de enfrentarse con akatsuki.

-No, según mi libro bingo podría tratarse de un tipo llamado Deidara, venga tras este arbusto yo ya los estuve espiando un largo rato, solo discuten sobre arte...

-¿Los? ¿Cuántos akatsuki hay aquí?

-Solo esos dos, observe y deje de hablar o nos descubrirán- De pronto los dos se levantan, y empiezan a adentrarse en el bosque, Akari y Yami los siguen silenciosamente, el individuo que acompañaba a Deidara pregunta.

-¿Ya estás listo para ir a por el shukaku?

-Maestro Sasori, mi arte los hará explotar, hum.

-Pues iremos en siete días- el hombre más bajo abrió una entrada subterránea, y de ella salió un tipo con mascara naranja, y con un tono infantil habló.

-Sasori-sempai, Deidara-sempai entren antes de que alguien los vea, dice Pain-sama que abandonaremos el lugar en dos días, sospecha que nuestra ubicación podría ser descubierta por espías- Deidara y Sasori entraron y cerraron la entrada con un sello.

-¡Dos días! Yami ve por refuerzos me infiltraré en su base.

- Yo me quedaré con usted, no podría sola, además soy una excelente ninja.

Akari y Yami esperaron a que anocheciera, Yami abrió el suelo con un jutsu terrestre, el túnel se veía a la perfección.

-Hasta aquí llegas Yami- Akari entró, como si no la hubiera escuchado Yami la siguió y cerró el túnel. Akari quería gritarle pero las descubrirían si lo hacía, permaneció en un inmutable silencio. En medio de la oscuridad ambas presenciaron lo que parecía una sala de estar, se escondieron asustadas cuando oyeron unas voces.

-Tobi deja de gritar, los demás están durmiendo y a mí me estas exasperando, hum.

-Deidara-sempai Tobi solo quiere jugar ¡Deidara-sempai!- ¿Acaso estaba llorando?

-¡Ya deja de llorar, o le diré al líder!

-No me grite... tengo miedo, prenda la luz Deidara-sempai.

-¿Qué es este alboroto?- musitó, algo enojado Pain.

-Pregúntele a él, es él quien molesta, hum.

-Deidara ve a tu cuarto yo hablaré con Tobi- Deidara se retiró. Ambos permanecieron en silencio hasta que supieron que nadie los escuchaba.

-Pain, recuérdalo, no pueden fallar con la captura de los bijuus, solo así habrá paz.

-Bien Madara-¿No se llamaba Tobi? Pensó Akari-que el plan sea tuyo no significa que debas subestimarme, yo hago esto porque quiero, es por eso que conseguiré los bijuus a cualquier precio ¡Yo también deseo la paz, y sé que se lograra a través del dolor que les causaremos en la cuarta guerra ninja!

- Me alegro de que creas en nuestros ideales, espero que seas competente y también confío en que no me traicionaras... me gustaría tener la certeza de lo que digo. A propósito Zetsu me informó que siguieron a Deidara y a Sasori. Eran dos mujeres, no sabe si entraron.

-Lo que significa que hay dos intrusos...

-Yo saldré, escóndete bien, cuando se vayan o se distraigan huye, no dudes en hacerlo, cuéntale todo lo que oíste a Lady Tsunade- susurró Akari, y antes de que Yami pudiese contestar, salto en frente de los shinobis y comentó- ¿Están listos para morir?

- Eran dos, así que supongo que tu compañera está buscando refuerzos, pero no les servirá de nada, si la vemos por el perímetro la mataremos, además el viaje hasta Konoha será de tres días largos y ya no estaremos aquí...

-Oh una intrusa de Konoha, será divertido, déjamela a mi Pain, ve a dormir- cuando Pain se fue el tal Madara siguió hablando-Tus padres no te dijeron que espiar está mal.

-No vine a espiar tonto, vine por tu cabeza, se quién eres y conozco tus crímenes-mintió.

-No puedo creer que pensaras que me podrías engañar, pero soy muy misericordioso así que... veré como peleas, si eres desastrosa mueres, si pierdes contra mí pero tienes talento, me podrías llegar a ser de mucha utilidad, además si eres una shinobi de alto nivel seguro tienes mucha información de Konoha, y en el caso de que me ganarás la pelea... a quien engaño, eso es imposible.

-Prefiero morir antes que serte de utilidad, así que mátame ya no pienso mostrarte mi nivel de pelea cabeza de calabaza- Tobi se acercó con un aire de suficiencia y cambiando su voz a un tono infantil dijo.

-Atácame, no me voy a mover- Akari, tenía que distraerlo para que Yami escapara, además tenerlo tan cerca, tal vez podría matarlo con su chidori, y huir junto con Yami, la tentación fue muy fuerte para ella, su brazo cargado del elemento rayo, atravesó al akatsuki, pero no le hizo ningún daño, fue como si se hubiese desmaterializado.

-A Tobi le gusta jugar.

-A mi no me engañas... Ahora te estoy vigilando, no podrás ocultarte de mí- El sujeto quedo paralizado por un segundo y su voz dejo de sonar infantil.

-Se acabó el juego- la empezó a atacar Akari lo esquivaba pero sabía que él la alcanzaría no podría mantenerse al máximo por el tiempo que el solo usaba una pequeña parte de su poder, ni siquiera había podido hacer otro movimiento que no fuera para esquivarlo, y aunque lo intentara no acertaría con ese extraño poder del enemigo- Te unes o mueres, es tu elección- Akari quería rechazar la oferta con todos sus fuerzas, pero pensándolo de otra manera, quizá era su oportunidad de descubrir los secretos de akatsuki, y cuando tuviera la mas mínima oportunidad... ¡huir! Ya estaba claro se uniría, pero no debía ser muy obvio su cambio de opinión frente a la situación.

-Si logras quitarme estos kunais que tengo en la mano, me uniré.

-Fui muy claro, dije que ya no quería más juegos.

-Como quieras, entonces parece que tendrás que matarme...- de repente, Akari dejó de sentir los kunais, ya no los tenía, y sabía que Tobi estaba a sus espaldas con los kunais en la mano, he imaginaba que tras la máscara había una sonrisa burlona, solo había bajado la guardia por unos segundos, eso no era posible o al menos ella no conocía a nadie con esa velocidad, algunas leyendas hablaban sobre el Cuarto y del Segundo, pero esos eran casos especiales.

-Bienvenida a akatsuki, parece que no se te dan bien los juegos, no te quedes ahí parada, sígueme te mostraré tu habitación- La llevó hasta una habitación sucia, húmeda y fría. Era pequeña y apenas alcanzaba el espacio para contener la raída colchoneta y sus frazadas.

-Esta habitación parece la de una mucama explotada...

-Que linda casualidad- cerró la puerta con llave antes de que Akari tuviera la oportunidad de procesar lo que había dicho y preguntar a que se refería.

-¡¿Casualidad?! ¿De qué está hablando? ¿Por qué estoy interrogando a la puerta?-esto último lo dijo con un deje de desesperación, algo resignada se acostó en la colchoneta, podía sentir el piso, se tapó con la frazada, pero ni siquiera era muy abrigada, sentía una rara sensación de asfixia, tal vez se debía a que la habitación no tenía ventanas, era pequeña, y la única apertura que tenia, era la de la puerta que estaba cerrada con llave ¿Acaso podría sobrevivir para contar estos suplicios? Pero seguro que al menos Yami había podido huir.



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